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Análisis

La verdad de Carolina Perles: las mentiras de Sánchez sobre la destitución de Ábalos

El relato de la exmujer de José Luis Ábalos deja en evidencia al presidente del Gobierno

La verdad de Carolina Perles: las mentiras de Sánchez sobre la destitución de Ábalos

La exmujer de José Luis Ábalos, Carolina Perles, rompió este lunes su silencio en Telecinco en el documental El precio de la corrupción. Tras el desfile televisivo de las ‘chicas del exministro’ de antes del verano (Andrea, Anaís, Miss Asturias…) y las coacciones y amenazas personales que ha sufrido Perles por parte de Ábalos para evitar que se emitiera su testimonio, cabe preguntarse -a ojos de los españoles- si la palabra de quien ha sido su esposa durante 20 años tiene menos validez que la de sus amantes, con el agravante de que muchas eran de pago, aunque fuera en especie (tanto Andrea de la Torre como Claudia Montes fueron contratadas en Logirail).

Carolina Perles tiene derecho a contar su historia y su dignidad merece un respeto. Desde hace un año, asiste en silencio al escarnio público de ser la mujer que esperaba en casa al cuidado de los hijos mientras Ábalos se repartía con Koldo a «Carlota, Andrea y la colombiana»; era la mujer a la que Koldo mentía con «un desayuno de prensa» como coartada para poder pasar la noche fuera y celebrar sus encuentros sexuales. Tras la crudeza de las grabaciones recogidas en el último informe de la UCO, el relato de Perles es realmente el único relato personal que merece la pena ser escuchado. No porque sea su verdad sino porque es la verdad. Pero, sobre todo, debería serlo desde la óptica progresista. ¿Acaso Perles, presuntamente «vejada y maltratada», es menos digna del célebre ‘Yo sí te creo hermana’ sólo por haber sido la esposa de Ábalos? Después de casi cuatro años de mentiras de Ábalos, es hora de retirarle la presunción de veracidad de la que ha gozado en muchos medios de comunicación hasta hace bien poco; y es hora de que las feministas socialistas que portaban las pancartas del 8-M pongan en valor el relato descarnado y valiente de la verdad que ha sufrido como mujer.

Algunas sabíamos hace años -y publicamos antes de que llegara la UCO- que Perles no actuó por sed de venganza contra su marido. Perles buscaba «ayuda para salvar su matrimonio», como se recoge en el informe pericial que publicó este domingo THE OBJECTIVE. Un texto de diez páginas sin el cual es imposible entender cómo se encontraba Carolina Perles entre 2020 y 2022, en un estado de «miedo paralizante» que, según ella, somatiza hasta enfermar de cáncer en noviembre de 2020. Fue la misma fecha en que alertó al sector feminista del PSOE de la relación de Ábalos con prostitutas, su vida disoluta y sus malas compañías. Y fue el mismo mes en que Ábalos puso fin a su relación con Jésica Rodríguez, la mujer cuya historia desveló este diario y que llegó a cobrar 1.500 euros al día por acompañar al ministro a viajes oficiales, fue contratada en dos empresas públicas y residió en un ático de lujo en la Plaza de España durante tres años y medio con cargo a un empresario afín a Víctor de Aldama. Los centenares de periodistas que le han escrito a lo largo de estos años saben que Perles tenía terror a dar la cara y remitía a su abogado para cualquier consulta.

Es de justicia reconocer que, pese a ese miedo al comportamiento mafioso de Koldo y amenazante de Ábalos, Perles fuera la única que contara la verdad en sede judicial en 2023, cuando aún no había estallado el caso Koldo en marzo de 2024. Ninguno de los políticos citados por Ábalos en la querella que interpuso contra THE OBJECTIVE dijo la verdad, todos cubrieron al exministro y negaron los hechos, pese a que todos reconocieron haberse reunido o hablado conmigo. También es de justicia que ahora se atreva a dar el paso de contar la verdad públicamente, pese a las coacciones y presiones contra ella y su entorno familiar. Una valentía que deberíamos contraponer con el silencio de aquellos que ocultaron y engañaron sobre los motivos de la salida de Ábalos del Gobierno.

Cuando el 5 de noviembre de 2021, Sánchez mandó a Ábalos un sms para mostrarle «solidaridad» ante los «infundios que estamos viendo en los medios», -mensaje que desveló EL MUNDO en referencia a las exclusivas de THE OBJECTIVE-, hacía tres meses que Carolina Perles había hecho las maletas y se había marchado a su localidad natal, Valencia. Se marchó en agosto, tras conocer una nueva infidelidad de su esposo con Andrea de la Torre, tras reconocerle éste que la relación se inició pocos meses atrás, en mayo del 2021, el mismo mes en que a ella le operaban de un cáncer de pulmón.

En aquel mes de noviembre de 2021 en que Sánchez envió el sms a Ábalos y THE OBJECTIVE publicó los motivos de su caída, Perles recuperaba su vida en Valencia y volvía a ponerse el uniforme de Policía Local mientras seguía con su recuperación del cáncer. Había pasado exactamente un año desde la fiesta de Halloween en casa de Maritcha Ruiz Mateos. Ante la presencia de Adriana Lastra y Maritcha, relató las fiestas de Ábalos con prostitutas, la vida disoluta que le facilitaba Koldo García. Perles nunca habló con este periódico cuando se publicaron esas informaciones. Como escribimos en estas páginas en su día, sólo fueron fuentes políticas, de máximo nivel del Gobierno y el partido las que también dieron cuenta del «ruido» y las «sospechas» en torno a los elevados gastos y facturas desordenadas que el número tres del PSOE presentaba cada mes al partido.

El relato de Carolina Perles pone en evidencia que Pedro Sánchez mintió hace una semana en su entrevista en TVE. Tras cuatro años ocultando el motivo de su cese, revistió de normalidad la destitución del ministro que justificó por el «desgaste tras la pandemia». Esto es falso. Sánchez destituyó fulminantemente a Ábalos el 10 de julio de 2021, ocho meses después de tener conocimiento de sus fiestas frecuentes con prostitutas junto a empresarios y con la organización de su asesor Koldo García. Perles no cuenta su verdad: cuenta la verdad. Y, tras cuatro años de silencio, mentiras y encubrimientos, ha llegado la hora de que respetemos la verdad. Todo era Verdad. Todo es Verdad. Y la Verdad merece un respeto.

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