The Objective
Tribunales

Sánchez abroncó en público a sus escoltas en Andorra y le respondieron: «No son modos»

El presidente protagonizó una fuerte discusión con varios de los agentes por un supuesto fallo en la cápsula de seguridad

Sánchez abroncó en público a sus escoltas en Andorra y le respondieron: «No son modos»

Pedro Sánchez. | Tayfun Salci (Europa Press)

Durante sus vacaciones de verano en Andorra, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vivió un incómodo y tenso episodio con su equipo de escoltas que no pasó inadvertido. Según ha podido saber THE OBJECTIVE a través de fuentes policiales, el jefe del Ejecutivo protagonizó una fuerte discusión con varios de los agentes que integran su dispositivo de seguridad personal, llegando incluso a alzarles la voz en público.

El jefe del Ejecutivo, acompañado de su esposa, Begoña Gómez, decidió prolongar su descanso hasta el 1 de septiembre, fecha en la que se reincorporó oficialmente a sus funciones. Durante esos días, el matrimonio se alojó en el exclusivo hotel Hermitage de Soldeu, uno de los más lujosos del principado, donde una noche cuesta desde los 400 a los 2.000 euros, dependiendo del tipo de habitación y la temporada. El hotel, frecuentado por Sánchez en otras ocasiones, ofrece todo tipo de comodidades y medidas de privacidad, aunque en esta ocasión ni siquiera ese entorno pudo evitar que se produjera una escena incómoda.

Una bronca pública

De acuerdo con las fuentes consultadas, el altercado se originó a raíz de un desacuerdo sobre un aspecto operativo de la cápsula de seguridad que protege al presidente en sus desplazamientos. Sánchez, visiblemente alterado, comenzó a alzar la voz y, según los testigos, lanzó varios reproches a sus escoltas, acusándolos de cometer errores en el procedimiento. «Hubo insultos, agravios, gritos… Estaba tan desquiciado que se puso a gritar por un tema operativo de la cápsula de seguridad, diciendo que eso no se hacía así», explican testigos del incidente, quienes también confirman que el episodio fue presenciado tanto por personal del hotel como por algunos huéspedes.

La reacción del equipo de escoltas fue, en su mayoría, de contención. La mayoría de los agentes optaron por no responder ante la reprimenda, manteniendo la calma y tratando de no escalar el conflicto. Sin embargo, uno de ellos no pudo evitar reaccionar ante los modos del presidente y, con firmeza, pero sin perder la compostura, le respondió: «No son modos». La frase resonó entre los presentes como una llamada de atención al propio Sánchez, cuya actitud sorprendió incluso a miembros del entorno policial por su dureza e impropiedad.

Fuentes conocedoras del funcionamiento habitual de los dispositivos de seguridad aseguran que no es frecuente que se produzcan escenas de este tipo, y mucho menos en público. El presidente cuenta con un equipo altamente preparado y discreto, entrenado para mantener la compostura, incluso en circunstancias adversas. Que se haya llegado a este punto, según estas mismas fuentes, evidencia un nivel de tensión en el entorno del presidente.

Cabe destacar que el altercado no involucró al equipo de escoltas asignado a Begoña Gómez, que actúa de manera independiente al del presidente, aunque ambos dispositivos trabajan de forma coordinada. Sin embargo, la situación generó un malestar palpable dentro del equipo de seguridad, especialmente por la exposición pública del incidente.

Despliegue de seguridad sin precedentes

Durante su estancia en Andorra, Sánchez no solo contó con su equipo habitual de seguridad, compuesto por unos 20 agentes que lo acompañan en todos sus movimientos —desde salidas en bicicleta hasta simples paseos por el centro de la localidad—, sino que también se desplegaron drones para vigilancia aérea, así como recursos del propio Gobierno andorrano que colaboraron en las tareas de protección. Aunque se trataba de un viaje privado, la seguridad del presidente nunca se toma a la ligera. De hecho, este tipo de despliegues ya se ha visto en otros destinos veraniegos del presidente, como la residencia real de La Mareta, en Lanzarote. Allí, tal y como informó THE OBJECTIVE, el operativo fue mucho mayor, con la presencia de hasta 95 agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, una cifra sin precedentes incluso para un jefe del Ejecutivo.

Ese contingente estuvo compuesto por personal de la Policía Nacional, Guardia Civil y unidades de élite como los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES), así como recursos sanitarios. Un documento interno al que tuvo acceso este medio detalla con precisión la distribución de los turnos, las unidades asignadas y las tareas específicas de cada grupo, lo que confirma que el nivel de protección ha sido significativamente reforzado respecto a gobiernos anteriores. Para ponerlo en perspectiva, el expresidente Mariano Rajoy movilizaba un número muy inferior de agentes durante sus vacaciones de verano.

Protestas visibles

A esta escena de tensión se suma otro elemento que probablemente no ayudó al clima general de irritación. Durante la estancia del presidente en Andorra, la asociación Hazte Oír, liderada por Ignacio Arsuaga, desplegó una gran lona frente al hotel Hermitage con un mensaje contundente: «Sánchez corrupto». La protesta visual se mantuvo durante varios días, generando incomodidad entre los responsables de seguridad y el entorno presidencial, aunque no se registraron incidentes directos derivados de dicha acción.

El mensaje, claramente político, hace referencia a las múltiples polémicas y casos abiertos que afectan al Gobierno y, en particular, a la figura del propio Sánchez y su esposa, cuya actividad profesional ha sido objeto de investigación mediática y judicial en los últimos meses.

Publicidad