Los Mossos investigan como un posible homicidio la muerte del fundador de Mango
Las inconsistencias en las declaraciones del hijo han despertado las sospechas de los investigadores

El fundador de Mango, Isak Andic. | Gtres
La investigación judicial sobre la muerte de Isak Andic, fundador de Mango, ha dado un giro importante: lo que inicialmente se interpretó como un accidente de montaña de Montserrat ahora se analiza como un posible homicidio. Jonathan Andic, hijo del empresario y la única persona que lo acompañaba el 14 de diciembre de 2024, día en que cayó al vacío durante una excursión, está siendo investigado por un presunto delito de homicidio, según informa El País.
La causa, dirigida por el Juzgado de Instrucción número 5 de Martorell (Barcelona), se mantiene bajo secreto de sumario. Aunque no existen pruebas concluyentes, las inconsistencias en las declaraciones del hijo han despertado las sospechas de los investigadores.
Portavoces autorizados de la familia del empresario señalaron a este medio: «La familia Andic no ha hecho ni hará comentarios en todos estos meses sobre el fallecimiento de Isak Andic. Eso sí, quiere mostrar su respeto con las diligencias que se han practicado al respecto y seguirá colaborando como hasta ahora, con las autoridades competentes. También está segura que este proceso terminará lo antes posible y se demostrará la inocencia de Jonathan Andic».
Durante las primeras etapas de la investigación, los Mossos d’Esquadra consideraban que la muerte del empresario —el hombre más rico de Cataluña— había sido un accidente. Aquella mañana, padre e hijo realizaron una ruta por Collbató, en el macizo de Montserrat. Al regresar, mientras caminaban por un sendero, Isak Andic se precipitó por un desnivel de más de 100 metros.
Un mes después, la jueza archivó el caso de manera provisional. Sin embargo, la policía decidió continuar indagando debido a las circunstancias inusuales del suceso: no hubo testigos y el lugar no presentaba un riesgo evidente. Finalmente, la magistrada reabrió la causa y desde entonces los investigadores tratan de encajar las piezas de un rompecabezas que sigue incompleto.
Hasta ahora, los agentes no han encontrado ninguna prueba directa que aclare qué pasó exactamente en Montserrat aquella mañana. No obstante, han acumulado una serie de indicios que los han llevado a cuestionar la hipótesis del accidente y a contemplar la posibilidad de un crimen.
Las declaraciones de dos testigos resultaron fundamentales para este cambio de enfoque. Una de ellas fue la de Jonathan Andic, único hijo varón del empresario y quien se encontraba con él en el momento de la caída. Sus testimonios mostraron contradicciones notables. Tanto la primera declaración —marcada por el shock emocional— como la segunda —prestada con más calma— presentaron incoherencias. En ambas, el relato del testigo difería de los resultados obtenidos por los Mossos en la inspección del terreno en Montserrat.
La segunda testigo clave fue Estefanía Knuth, golfista profesional y pareja de Andic en los últimos años. Fuentes cercanas a la investigación señalan que Knuth destacó las tensiones existentes entre padre e hijo.
La acumulación de estos elementos llevó a la policía a iniciar una nueva fase del caso, bajo secreto judicial. Los investigadores confían en que este nivel de confidencialidad les permita verificar o descartar los indicios que han reunido en una causa de gran complejidad, marcada por el hermetismo cuando se cumplen diez meses del suceso. En cualquier caso, se trata de una investigación con un desenlace incierto, dado que el único testigo directo es el propio hijo, lo que complica enormemente la carga de la prueba en un eventual juicio.
El fallecimiento de Isak Andic también tuvo un fuerte impacto en el grupo Mango. Aunque ya no participaba activamente en la gestión diaria, seguía influyendo en la estrategia a largo plazo y en la preservación del legado que había comenzado hace cuatro décadas, cuando inició su negocio vendiendo camisas. Tras su muerte, el consejo de administración de Punto Fa SL —la matriz del grupo— designó como presidente a Toni Ruiz, consejero delegado y poseedor del 5% del capital, participación que le había sido concedida por el propio Andic. Desde entonces, la familia ha reorganizado sus estructuras societarias y mantiene un perfil bajo.