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Tribunales

El nuevo abogado de Ábalos investigó el 'caso Faisán' y frenó las excarcelaciones de etarras

Carlos Bautista, hasta hace un año fiscal de la Audiencia Nacional, ha asumido la defensa del exministro en el ‘caso Koldo’

El nuevo abogado de Ábalos investigó el ‘caso Faisán’ y frenó las excarcelaciones de etarras

El exfiscal Carlos Bautista. | Víctor Ubiña

Carlos Bautista no es un fiscal cualquiera. Con más de 32 años de experiencia profesional, está especializado en Derecho penal económico internacional, particularmente en extradiciones, y ha llevado causas que marcaron un antes y un después en la justicia española, desde el caso Faisán hasta el 11-M y los asesinatos de ETA. Hasta hace un año, ejercía como fiscal coordinador de vigilancia penitenciaria en la Audiencia Nacional, posición que le permitió jugar un papel central en la supervisión de los presos de la banda terrorista y de los terceros grados que se concedían durante aquella etapa de la política penitenciaria vasca. Ahora ejerce como abogado en Chabaneix y tiene un nuevo reto: se encargará de uno de los casos más mediáticos del país, la defensa de José Luis Ábalos.

A lo largo de su carrera, Bautista ha intervenido en causas de derecho penal económico que se hicieron célebres por su complejidad y por sentar precedentes. En el caso Globalia, por ejemplo, participó en la condena de una persona jurídica de manera exclusiva, sin necesidad de una acusación simultánea frente a la persona física, por un delito de fraude de subvenciones. En el caso Mundo Mágico, su labor ayudó a que se condenara a varias personas por estafa piramidal de multipropiedad. Además, su experiencia en delitos de fraude fiscal y blanqueo de capitales le ha convertido en uno de los juristas más respetados en el terreno de la economía criminal.

Bautista comenzó su carrera fiscal en 1992, tras ingresar en la Escuela Judicial, y se doctoró en Derecho. Su trayectoria académica es tan destacada como su labor en los tribunales: ha publicado medio centenar de artículos y libros, incluido un manual de referencia sobre extradición, que se sigue citando en las carreras judicial y fiscal. Sus enseñanzas también han llegado a las universidades, a las fuerzas y cuerpos de seguridad y al Colegio de Abogados de Madrid, impartiendo clases sobre derecho penal económico y sobre extradiciones.

Desde el 11-M al ‘caso Faisán’

Durante sus casi 19 años en la Audiencia Nacional, Bautista participó en juicios históricos. Su actuación en el 11-M y en el caso Faisán fue celebrada por su rigor e independencia, mientras que su coordinación en vigilancia penitenciaria le convirtió en una de las figuras más influyentes a la hora de decidir sobre permisos y tercer grado de presos de ETA. Fue especialmente beligerante contra la concesión de estos beneficios cuando el Gobierno vasco asumió competencias penitenciarias: casi una veintena de terroristas vieron revocados su tercer grado, y su actuación le convirtió en «una de las bestias negras del entorno de la organización terrorista», según fuentes judiciales. Bautista también destacó por su papel en la coordinación de extradiciones y órdenes europeas de detención, consolidando su reputación como experto internacional en el seguimiento de criminales fuera de España.

En una entrevista concedida a THE OBJECTIVE, Bautista explicó que nunca ha visto a un preso de ETA colaborar con la Justicia. Señaló que existe una diferencia clara entre lo que establece el Código Penal y lo que dice la Ley Orgánica General Penitenciaria. Mientras el Código Penal contempla la reducción de penas por colaboración, la Ley Penitenciaria exige tres condiciones para acceder a beneficios como el tercer grado: colaborar con la justicia, mostrar arrepentimiento y contar con un informe del centro penitenciario que indique desvinculación de la organización. «La primera condición, la colaboración, yo nunca la he visto en ETA. Quizá otros compañeros en otra época sí la hayan visto, pero yo no. En otras organizaciones sí, pero en ETA nunca», afirmó Bautista. El segundo requisito era la petición de perdón, y el tercero, los informes que confirmaran la desvinculación. Ninguno de estos tres escalones se cumplía nunca. La colaboración sigue sin existir.

Con la reciente reforma que permite incluir condenas impuestas en el extranjero en los expedientes de acumulación de penas, Bautista consideró que ya no tendrá consecuencias punitivas que alguien diga «sé cómo se hizo y participé». Esto, explicó, sería muy beneficioso para las víctimas, porque habrá pasado la prescripción de las penas. «Creo firmemente en la reinserción y en el perdón, pero para que existan, la persona debe hacer algo. No basta con salir de prisión y guardarse todo lo que sabe. Si un preso no colaboró en su momento, ahora, con la prescripción de las penas, sería esencial que dijera lo que sabe para que todos, y especialmente las víctimas, puedan descansar. Eso sería trascendental».

En el plano personal, sus compañeros lo definen como «un buen tipo», siempre dispuesto a ofrecer su consejo jurídico y a orientar a los jóvenes fiscales y abogados en formación. Esta faceta humana, unida a su profesionalidad inflexible, le convierte en un personaje admirado incluso por aquellos que han estado en el lado contrario del proceso. Además de su trayectoria judicial, Bautista ha desarrollado una importante labor docente. Ha impartido clases sobre Derecho penal económico y extradiciones en universidades de referencia, así como a miembros de las carreras judicial y fiscal y a distintos cuerpos de seguridad. Ha escrito más de 15 libros sobre temas variados, entre ellos la Ley de Extradición Pasiva, la orden europea de detención y entrega, blanqueo de capitales, delito de terrorismo y la responsabilidad de la persona jurídica. Su obra no solo refleja conocimiento técnico, sino también una visión ética sobre la función del Derecho y la importancia de proteger a las víctimas.

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