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Tribunales

La 'fontanera' del PSOE implica a Sánchez y a Bolaños: «Lo va a saber el jefe de Álvaro»

La ‘fontanera’ aseguró al fiscal Stampa que tanto el presidente como García Ortiz estaban al tanto de la reunión

La exmilitante del PSOE y considerada fontanera del partido, Leire Díez, no solo se presentó como «la mano derecha de Santos Cerdán» en la reunión que mantuvo con el fiscal Ignacio Stampa a principios de mayo con el pretexto de acercar supuestamente posiciones entre el Gobierno y el representante del Ministerio Público, tras haber sido apartado abruptamente de la Fiscalía Anticorrupción y del caso Villarejo en 2020. En la cita, a la que también acudió el abogado Javier Pérez Dolset, Díez aseguró que tanto el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Justicia, Félix Bolaños, estaban al tanto del encuentro.

«Álvaro, por ejemplo (…) sabe que estoy aquí contigo (…) Es más, lo va a saber el jefe de Álvaro», advierte Leire Díez en uno de los audios, a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE y que han sido aportados por Stampa al Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, que investiga a la fontanera y a Pérez Dolset por las presuntas maniobras que ejecutaron para conseguir información de Stampa y de otro fiscal, José Grinda, sobre el máximo responsable de Anticorrupción, Alejandro Luzón. Según denunció Stampa, la fontanera de Ferraz intentó ganarse su confianza para obtener datos sensibles y desacreditar a los investigadores que cercaban al entorno de Moncloa.

En el citado audio, Díez nombra a «Álvaro» García Ortiz y a su jefe, haciendo mención tanto al ministro de Justicia, Félix Bolaños, como al presidente del Ejecutivo, según explica la supuesta emisaria socialista ante las dudas que le plantea Stampa. «¿Te refieres al ministro? ¿Al presidente?», le pregunta el fiscal. «Sí», responde Díez. En otro momento, la entonces afiliada socialista deja a las claras en nombre de quién habla: «Lo va a saber el jefe de Álvaro (García Ortiz)», a lo que el fiscal pidió que le aclarase si era el ministro de Justicia, Félix Bolaños, o el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. «A todos», replicó con vehemencia la fontanera.

En la conversación que mantienen los tres participantes, también sale el nombre de la exministra Dolores Delgado, con la que los emisarios dicen querer «hablar» y a quien Stampa culpa de su salida en Anticorrupción. El fiscal les cuenta que «el fiscal general (…) sigue las indicaciones de Lola» para apartarlo y les recrimina que no conozcan su caso, tras explicárselo. «Es que lo que me parece un poco increíble es que no sepáis lo que hicieron conmigo».

Orden directa de Sánchez

En otro de los archivos remitidos al juzgado, el empresario Dolset asegura que la magnitud de las irregularidades que afectan a la Justicia es «tan gorda» que solo una orden directa del presidente del Gobierno podría detenerla. En una conversación con el exfiscal Ignacio Stampa y Leire Díez, Dolset describe un sistema contaminado por intereses cruzados, pagos encubiertos y miedo jerárquico que, a su juicio, ha hecho imposible cualquier depuración interna.

«Esto solo se arregla con una orden y un puñetazo en la mesa. Me da igual que sea este presidente, el anterior o el siguiente, pero alguien tiene que decir: esto se acabó», afirma. Dolset explica que en determinados casos «pidieron dinero para hacer trabajos» que nunca llegaron a completarse. Además, admite que cuando las investigaciones apuntaban hacia figuras relevantes «alguien se asustó porque los iban a detener a todos».

Favores institucionales

El empresario denuncia que la Justicia está atrapada por vínculos económicos y favores institucionales: «Muchos están en nómina, con invitaciones, cursos o pagos» que comprometen su independencia. Según su versión, los abusos de legalidad se perpetúan gracias a una red informal de afinidades que «bloquea cualquier intento de limpiar por dentro» y genera un clima de temor entre los profesionales que intentan actuar.

Ignacio Stampa, que participa en la conversación, se muestra más prudente. «Yo me limité a hacer mi trabajo», respondió, al tiempo que reconocía la dificultad de actuar dentro de un sistema que tiende a protegerse y que rara vez asume sus propios errores. 

Por su parte, Leire Díez subraya la complejidad de reunir pruebas y documentos en un contexto en el que la información se dispersa y se pierde con facilidad. A su juicio, el caso no refleja un episodio aislado, sino la expresión de un modelo judicial agotado, incapaz de corregirse desde dentro.

Los tres coinciden en que el problema es estructural y transversal, ajeno a gobiernos o siglas concretas. Dolset lo resume con una idea insistente: el sistema judicial solo podría regenerarse si existiera una decisión política sostenida, un compromiso «para pedir limpieza todos los meses».

«Es el 1 quien decide»

El juez investiga a Díez como presunta cabecilla de una «actuación delictiva, continuada y coordinada» con el empresario Javier Pérez Dolset —también investigado— y Pere Rusiñol para «recabar información comprometida o irregular de los mandos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de la Fiscalía Anticorrupción» con el fin de «anular o malbaratar» sus investigaciones en «casos relevantes que afectan a políticos y empresarios», lo que constituiría tráfico de influencias y cohecho.

Según la documentación aportada por Stampa, el fiscal trasladó a sus superiores que si acudió a una reunión con Díez el pasado 7 de mayo fue porque se le indicó que la había concertado Cerdán «en nombre del Gobierno». «Es el 1 quien decide», le dijo Del Rivero al fiscal en una serie de mensajes de WhatsApp también aportados a la causa.

En la reunión, sin embargo, Cerdán nunca apareció. En su lugar acudió Leire Díez, que se presentó como «la persona que ha puesto el PSOE para saber qué hay detrás de todo esto». Durante más de tres horas, Díez y Pérez Dolset trataron de sonsacarle información sobre sumarios sensibles —entre ellos el caso Tándem, el caso Begoña y el caso Koldo— y sobre los fiscales y jueces que los instruyen. «Desde el inicio tuve la sensación de que al menos Pérez Dolset grababa el encuentro», dijo el fiscal, que decidió documentar la reunión ante el cariz que tomó la conversación.

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