Los 'amigos' cordobeses de Sánchez facturaron miles de euros a la trama del fuel
Los investigadores consideran que el hermano del exchófer del presidente actuaba como testaferro de Aldama

Víctor de Aldama, Pedro Sánchez y los hermanos Corvillo. | Ilustración de Alejandra Svriz
Los hermanos Corvillo habrían jugado un papel determinante en los casos de corrupción que sacuden España. Rubén Corvillo llegó a domiciliar una empresa en la misma sede que Víctor de Aldama, del que llegó a ser socio en una sociedad que gestiona gimnasios. Su firma Corvillo Energy facturó 175.450 euros a Salamanca Fuel Center, vinculada a Villafuel, con la que el comisionista y su socio Claudio Rivas habrían defraudado a Hacienda más de 231 millones de euros. Los investigadores creen que Rubén Corvillo actuaba como su testaferro.
Su hermano Cristian Corvillo, que ejerció de chófer de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE en 2017, intercambió mensajes con dos subordinados de Salvador Illa para ofrecer mascarillas al Ministerio de Sanidad apenas tres días después de decretarse el estado de alarma por el coronavirus. Los investigadores sospechan que habría cobrado 100.000 euros de la trama por realizar gestiones en la compra de cubrebocas.
El exchófer de Sánchez envió a Aldama un correo electrónico con los certificados de los equipos de protección individual a las 18.02 horas del 18 de marzo de 2020. Lo hizo a través de la cuenta oficial de Egisse, una sociedad de la que era administrador único y que fue extinguida dos años más tarde. A pesar de ello, no ha sido citado a declarar siquiera como testigo en ningún juzgado.

El papel de los Corvillo
Los investigadores creen que Rubén Corvillo actuaba como testaferro de Aldama. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha acreditado que ayudó al comisionista a pagar un aval para que le adjudicaran dos hoteles durante 40 años en San Roque (Cádiz). Como avanzó este diario, el socialista cordobés administra la empresa Drive Business junto a César Moreno, uno de los «mosqueteros» de Aldama.
La sociedad tiene su sede social en la segunda planta de la madrileña calle de Antonio Maura, 7, donde también está radicado el despacho del comisionista investigado en varias tramas de corrupción. Los investigadores sostienen que Rubén Corvillo comenzó a relacionarse con la trama de las mascarillas a través de su hermano, que habría coincidido en hoteles de distintas ciudades andaluzas con Koldo García entre 2019 y 2021.
La UCO recoge en un informe que una de sus empresas, Corvillo Energy, habría adquirido participaciones de MTM 180 Capital SL, propiedad de Aldama. Esa acción habría servido «para suscribir contratos de Soluciones de Gestión», la empresa que consiguió hacerse con la adjudicación de las mascarillas de dos entes vinculados al Ministerio de Transportes. Puertos del Estado y ADIF (20 y 12,5 millones respectivamente) se suscribió los contratos entre el 21 y el 27 de marzo de 2020, apenas días después de que Sánchez decretara el estado de alarma.
Corvillo Energy se constituyó en septiembre de 2018 con un capital social de 3.000 euros en la localidad cordobesa de Peñarroya-Pueblonuevo. Se inscribió en el registro como intermediaria del comercio de productos diversos y de instalaciones eléctricas. Desde el primer instante, Rubén Corvillo se convirtió en su administrador único.
Empresas pantalla
Con esta empresa, el hermano del exchófer de Sánchez facturó 175.450 euros a Salamanca Fuel Center, según la inspección que realizó Hacienda en septiembre de 2023 para analizar el IVA de esta sociedad vinculada a Villafuel, a la que la Audiencia Nacional investiga por un presunto fraude de 231 millones. Una información que coincide con el informe del administrador concursal de la sociedad, donde Corvillo Energy aparece como proveedor.
La UCO señala a Aldama y Rivas como «codirectores» de la trama de hidrocarburos. Los investigadores subrayan que, a través de hombres de paja, mantenían el control de siete empresas interpuestas con las que habrían cometido el presunto fraude millonario: Obaoil 3000, Canary Islands Fuel Company, Casmar Hidrocarburos, Carburantes Jalón-Plaza, Skyward Tech, Espaeventos y la mencionada Salamanca Fuel Center.
Gracias a estas mercantiles, el comisionista y su socio habrían instrumentalizado Villafuel, que tenía la condición de operador y podía adquirir combustible en depósito fiscal que luego vendían a distribuidoras y gasolineras sin declarar los impuestos. Los investigadores creen que Salamanca Fuel Center fue utilizada por la trama que lideraba Aldama para «canalizar los fondos de procedencia delictiva a Portugal, con la finalidad de alejarlos, ocultarlos y dificultar su trazabilidad».
Javier Sequi, administrador único de Salamanca Fuel Center entre marzo de 2023 y noviembre del año pasado, ha pedido declarar voluntariamente ante el juez Santiago Pedraz en la Audiencia Nacional. El empresario fue detenido en Tarragona en octubre de 2024, pero entonces guardó silencio ante el magistrado. Un año después ha cambiado de opinión. Sequi podría revelar claves sobre el papel de Rubén Corvillo, de quien los investigadores sospechan que ejercía como «testaferro» de Aldama.
Posible testaferro de Aldama
Rubén Corvillo aparece como administrador solidario de Drive Business, dedicada al sector inmobiliario. Un papel que también desempeña César Moreno, uno de los socios en los que se apoyó Aldama para desarrollar sus negocios en República Dominicana. Sus conversaciones en un chat de WhatsApp denominado «cuatro mosqueteros» revelan transacciones económicas para dificultar la trazabilidad del dinero obtenido por la venta del material sanitario a través de la empresa Pronalab.
Otro vínculo de la estrecha relación de los Corvillo con Aldama se acredita con el traslado de una de empresas del comisionista a Peñarroya-Pueblonuevo. Esta es la localidad en la que residen Rubén y Cristian. Aldama llevó la sede de Pilot Real Estate, una inmobiliaria clave en la trama de las mascarillas, a la localidad de 10.000 habitantes. Lo hizo solo tres semanas antes de ser detenido en febrero del año pasado.

