Manos Limpias denuncia a los gerentes del PSOE por financiación ilegal y blanqueo
El sindicato también señala a una empleada de Ferraz por los pagos en metálico a Ábalos, Koldo García y otros dirigentes

El exgerente del PSOE Mariano Moreno abandona el Supremo el pasado 29 de octubre. | Mariscal (EFE)
Manos Limpias pone en la diana a los gerentes del PSOE. El sindicato ha presentado una denuncia contra su antiguo gerente Mariano Moreno; la actual gerente, Ana María Fuentes; y Celia Rodríguez, una empleada adscrita al área de Organización. Les considera «receptores y depositarios» del «dinero de origen ilícito (mordidas)» con el que habrían efectuado los pagos en metálico a los investigados José Luis Ábalos y Koldo García, pero también a otros dirigentes, trabajadores y colaboradores del partido. La organización que lidera Miguel Bernad les imputa delitos de financiación ilegal, blanqueo de capitales y fraude a la Hacienda pública. Los socialistas deben entregar en los próximos días en la Audiencia Nacional información de todos los abonos en metálico realizados entre 2017 y el año pasado.
«En la sede del PSOE en Ferraz se entregaban sobres provenientes de mordidas», destaca la denuncia que Manos Limpias registró el pasado 24 de octubre en los juzgados madrileños. Solo cinco días antes de que Mariano Moreno negara en el Tribunal Supremo que existieran descuadres en los pagos del partido. El exgerente subrayó ante el juez Leopoldo Puente que todos los pagos están justificados, aunque reconoció que se hacían sin mayores comprobaciones. Aunque rechazó que las liquidaciones de gastos se realizaran con billetes de 500 euros, aseguró que no podía probarlo.
La organización que lidera Bernad sostiene en la denuncia a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE que «con ese efectivo de la caja b, los denunciados entregaban a dirigentes del PSOE dinero en mano». Su secretario general, Pedro Sánchez, negó el pasado 31 de octubre en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado que el partido pagara sobresueldos: «El PSOE tiene una financiación absolutamente limpia». Eso sí, el presidente del Gobierno admitió haber cobrado en metálico, aunque siempre cantidades inferiores a los mil euros, límite que establece la ley.
Los pagos en efectivo del PSOE
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sostiene que Ábalos y Koldo García recibieron alrededor de 32.000 euros en efectivo del PSOE. Semanas más tarde de la revelación, los socialistas admitieron que pagaron otros 127.000 euros en metálico a los colaboradores del exministro en el área de Organización. Unas discrepancias que advirtieron los investigadores al no guardar correlación en los documentos entregados por el partido.
«El dinero que se entregaba en efectivo procede de la caja b, no de transferencias de la cuenta o cuentas legales que el PSOE tiene abiertas», sostiene Manos Limpias. Los socialistas ya comunicaron al Supremo que durante los años bajo sospecha retiraron 940.388 euros de sus cuentas bancarias para destinarlos a pagos en metálico.
El sindicato que lidera Bernad señala que Víctor de Aldama explicó en una entrevista en Telemadrid el pasado 20 de octubre que Koldo García acudía cada viernes a Ferraz a entregar un sobre y, si no podía, enviaba a su pareja, Patricia Úriz. Manos Limpias también alude en su denuncia al testimonio de Carmen Pano, la empresaria que avanzó en este diario que había llevado 90.000 euros a la sede de los socialistas en dos entregas de 45.000 euros.
Manos Limpias se pregunta en el escrito por qué el PSOE no ingresaba ese dinero en sus cuentas bancarias: «La respuesta es sencilla: porque no se podía justificar su procedencia, puesto que eran mordidas». E insiste: «No se contabilizaban, iban directamente a la caja b». El argumento de la organización es que para validar los pagos en efectivo tendrían que haberse realizado a través de transferencias emitidas por las cuentas bancarias oficiales del partido, pero que al entregarse en mano «no se podía contabilizar porque su origen era ilícito».
«El primer escalón»
«Los gerentes eran los máximos responsables de las finanzas y de las recepciones de dinero. Hay que empezar a investigar desde abajo», justifica la denuncia Bernad a este diario. Para Manos Limpias, Moreno y Fuentes representan «el primer escalón» de los delitos: «Son los receptores y depositarios de ese dinero de origen ilícito. Al mismo tiempo, son los que efectúan los pagos». La organización considera que existiría un «escalón superior» al de los denunciados, que podrían ser personas aforadas, a las que «no correspondería enjuiciarles a través de un juzgado de instrucción».
Moreno fue gerente del PSOE entre 2017 y 2021, cuando se produjeron los pagos en efectivo a Ábalos y Koldo García. Durante su declaración en el Supremo se refirió al «descontrol» en las liquidaciones de pago, pero, según el juez Leopoldo Puente, ni él ni Rodríguez aclararon el origen de las cantidades. Eso le llevó a instar a la Audiencia Nacional que investigara los reembolsos. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 abrió una pieza separada el pasado 6 de noviembre. Días más tarde, requirió todos los pagos en metálico entre 2017 y el año pasado, aunque los socialistas intentaron, sin éxito, limitar el envío de información.
La denuncia de Manos Limpias también apunta a Celia Rodríguez, que habría facilitado los pagos en efectivo a Ábalos y Koldo García. El asesor solía hablar de esas cuestiones con la empleada del PSOE adscrita al área de Organización, según revela la UCO. En una ocasión, esta le comunicó que «el jefe» se había ido «sin que le diera el money [sic]» y le instaba a recogerlo al día siguiente porque no le gustaba «tener tanto dinero en el cajón».
Rodríguez sostuvo durante su paso por el Supremo que rellenaba los formularios de liquidaciones y trataba de ayudar a acelerar los pagos. Además, señaló que Koldo García se encargaba de distribuir los pagos. La empleada de Ferraz aseguró que dejaba el dinero en sobres con el anagrama del partido en la recepción de Ferraz, pero que no recibía ningún justificante de entrega. El juez Leopoldo Puente le reprochó que se trataba de «un procedimiento extraño».
