Forestalia, los Sumelzo y Antxon Alonso comparten apoderados y representantes

Los hermanos Pérez Águeda —Eduardo y Roberto— coinciden, mediante apoderamientos y representaciones, en los organigramas societarios de decenas empresas vinculadas a Forestalia, la familia Sumelzo y el empresario navarro Antxón Alonso, muchas de ellas radicadas en la calle Serrano, 76. Desde esta dirección, en la milla de oro madrileña, opera Sintracor, asesoría fiscal y mercantil de los hermanos, junto a distintas sociedades que utilizan el inmueble como domicilio social.

La labor profesional de los Pérez Águeda no se limita a Forestalia, las sociedades de los Sumelzo y de Antxon Alonso, socio de Santos Cerdán, según la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, ya que también su nombre aparece en casi un millar de sociedades. Estas empresas están vinculadas a diferentes ámbitos, pero sin duda predomina el de las renovables y la energía.

El trabajo de los Pérez Águeda se centra, fundamentalmente, en asegurar la continuidad formal de las estructuras societarias mediante inscripciones en el Registro, ceses y nombramientos, poderes, modificaciones estatutarias y traslados de domicilio, tareas esenciales para mantener operativas sociedades con actividad mínima o vinculadas a proyectos en desarrollo.

Forestalia, bajo la lupa

El análisis de documentación mercantil y de diversas bases de datos corporativas realizado por THE OBJECTIVE revela una pauta recurrente: numerosas sociedades relacionadas con la actividad renovable —en especial, vehículos creados para parques eólicos y fotovoltaicos del entorno empresarial de Forestalia— presentan estructuras mínimas, capital reducido, ausencia de plantilla y una gestión formal concentrada en los mismos representantes. En esta constelación societaria, los Pérez Águeda actúan como un punto común, el componente administrativo que permite que las sociedades cumplan con los requisitos legales y mantengan su operatividad jurídica.

Con respecto a Forestalia, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registró ayer -día 11 de diciembre- la sede central de la empresa en Zaragoza, en el número 33 del Coso, dentro del marco de la investigación abierta por la Audiencia Nacional por presuntas irregularidades en contrataciones públicas. La operación, que se desarrolló durante varias horas y está bajo secreto de sumario, forma parte de un procedimiento en el que ya fueron detenidos la exmilitante del PSOE Leire Díez y el expresidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales Vicente Fernández, y en el que también ha sido arrestado Antxon Alonso.

La huella de los Pérez Águeda aparece también activa en sociedades vinculadas a la familia Sumelzo en distintos proyectos energéticos y de servicios técnicos. El grupo Sumelzo está liderado por el hermano y el primo de Susana Sumelzo, la número 3 en el Ministerio de Exteriores. Susana Sumelzo formó parte de la matriz —Sumelzo S.A.— como apoderada solidaria hasta 2008. Su salida coincide con el periodo en el que empezó su carrera política.

La familia Sumelzo

En varios de estos vehículos de los Sumelzo, los hermanos Pérez Águeda figuran como apoderados o administradores delegados, siempre dentro de funciones formales y sin participación en decisiones económicas o de gestión. Se trata de trabajos jurídicos, fundamentalmente, que, aunque discretos, resultan imprescindibles para el ciclo de vida de cualquier sociedad.

La relación con el entorno de Antxon Alonso añade otra capa a la coincidencia En 2022, Next Generation Caliope Innova, sociedad vinculada al empresario navarro y antiguo socio de Santos Cerdán en Servinabar, trasladó su sede precisamente a Serrano 76. La empresa mantenía una configuración mínima, sin empleados y con actividad reducida. Su impulsor fue Eduardo Pérez Agueda, que en un primer actuó como administrador único y luego cedió el testigo a Alonso.

El socio de Cerdán dejó la sociedad a finales de noviembre y el pasado día 11 de diciembre fue detenido. Unos meses antes ya había abandonado la sede de Serrano para trasladarse a la calle Alcántara, a solo diez minutos andando. Su salida y el abandono de Serrano 76 coincide con la fase final de la investigación encargada por la Audiencia Nacional a la UCO.

Las empresas propias

La fotografía societaria de los hermanos presenta, sin embargo, una distinción necesaria. En términos estrictamente mercantiles, los cargos de administración que ejercen —administrador único, solidario o puestos de consejo— se concentran en torno a una decena de sociedades cada uno. Entre ellas destaca Sintracor, en el caso de Eduardo, y varias entidades vinculadas en su día a actividades jurídicas, técnicas o renovables. Este es el plano formal de administración.

Pero su presencia en el tejido empresarial se amplía muy por encima de esa cifra. Los apoderamientos, representaciones y las intervenciones en nombre de sociedades administradoras multiplican su alcance hasta situarlos en cientos de compañías, según la documentación pública del Borme. Estas figuras, habituales en estructuras corporativas complejas del sector energético, explican por qué su firma aparece en numerosos actos formales de empresas que comparten características similares: vehículos diseñados para proyectos específicos, sociedades instrumentales y compañías sin actividad declarada más allá del cumplimiento registral.

Este patrón —una combinación de presencia limitada en cargos de administración y una huella amplificada mediante representaciones— permite entender por qué Serrano 76 funciona como un punto de confluencia. La concentración de sociedades, los perfiles empresariales homogéneos y la intervención reiterada de los Pérez Águeda conforman un espacio en el que se articula parte de la infraestructura jurídica del sector renovable, especialmente aquella vinculada a desarrollos eólicos y fotovoltaicos, servicios auxiliares y estructuras técnicas relacionadas con Forestalia, la familia Sumelzo y Antxon Alonso.