Cuba

Adiós, mi Cuba…

Adiós, mi Cuba…

Me remueve la noticia de que ocho bailarines del Ballet Nacional de Cuba abandonaran la Gira de Puerto Rico para acogerse al asilo político tras pisar suelo norteamericano. No me sorprende por lo que es en si, sino por lo poco que avanzamos en unas cosas y, en otras tan rápido.

Ojalá puedan volver

Ojalá puedan volver

Vivía en La Habana. Cada día a las cuatro de la madrugada, diez de la mañana en España, llamaba por teléfono para planificar la jornada. No pasaba un día sin escuchar al otro lado “¡ay ladrón, qué suerte viviendo en Cuba!”.

Muerte y corrupción de menores en La Habana (y II)

“Tengo documentación comprometedora para el Gobierno de Fidel”. Así comenzó Pedro Riera, el misterioso ex cónsul que me había pasado información sobre el caso a cambio de unos dólares. Me pedía ayuda para conseguir un pasaporte y escapar a España, donde sacaría a la luz la documentación sobre Castro. A cambio, me daría los papeles de Paco y Lozano. Intenté huir de aquella situación y terminé ingresado en el Cira García. ¿El diagnóstico? Envenenamiento. En un encuentro con Castro, le conté que me había sin pagar del Cira García por la exagerada factura. “Ha hecho usted bien”, me dijo. Pero al día siguiente tenía a sus esbirros en casa. A mi me retiraron la acreditación de corresponsal y los crímenes de corrupción de menores quedaron impunes. Me marché de Cuba.

Muerte y corrupción de menores en La Habana (Parte I)

Llegué a Cuba en 1996 para cumplir un sueño: ser corresponsal. Compartía casa en Miramar con un médico cooperante en Cuba, que llevaba una vida misteriosa, y que de la noche a la mañana huyó del país. Su chófer se quedó conmigo y quiso instruirme en las diversiones cubanas que frecuentaban. La dueña de nuestra casa confesó y supe que habían sido denunciados por una de las jóvenes de las que abusaban. “La niña murió”, fue el mensaje que dejaron para el médico. Entonces comencé la investigación, con ayuda del ex cónsul Pedro Riera, desenterrando algo mayor –y peor- que un simple crimen aislado.

Las dos Cubas

Las dos Cubas

¿Cuántos años de retraso lleva mi querida Cuba? ¿Cuánto ha sufrido este amado pueblo hermano? Quizás algún día lo lleguemos a saber. Cuando vas a Cuba como turista no te enteras de nada. El gobierno se encarga de que así sea.

55 años

55 años

El poder de seducción de los revolucionarios era incluso erótico; la jovencísima primera dama canadiense Margaret Trudeau se refirió a Fidel, en presencia de su marido, como el hombre más sexy que jamás había conocido

Matar a Castro

Matar a Castro

Del horroroso siglo veinte sólo nos quedaba Castro y la penicilina. Se apaga el comandante sabiendo que con él su obra desaparece y hasta los antibióticos están perdiendo la batalla, las bacterias se hacen más listas y más fuertes

Dar la mano

Dar la mano

En política, cualquier gesto de apariencia inocente tiene repercusiones simbólicas de trascendencia. Los líderes de dos países en pugna desde la Guerra Fría han demostrado que lo cortés no quita lo valiente

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