En un capítulo titulado “Que El Reino De Louis XVI Fue El Más Próspero De La Antigua Monarquía, Y Cómo Esa Mismísima Prosperidad Apresuró La Revolución” el genio de Alexis de Tocqueville, padre de la sociología y la politología moderna, descubridor de las ironías universales de la humanidad, expone una de sus teorías más profundas sobre las revoluciones sociales. Y es, sencillamente, la misma que uno asume como cierta — pero al revés. Las revoluciones son producto no de la tiranía, la miseria y la represión, sino precisamente de la reforma, la prosperidad y las buenas intenciones. Ni más ni menos. Analicemos la osadía.