«La eutanasia debería ser un debate menos complejo que el del aborto porque al fin y al cabo lo que se plantea es el derecho de alguien a decidir sobre su propia muerte, sobre la de nadie más»
«Es asombroso cómo las ideas evolucionan en tan poco tiempo, ver cómo estas operan en una dirección u otra en función de quién las defienda»
Ante el continuo debate social sobre el aborto y si debería estar permitido o no, nuestra colaboradora Luján Artola habla sobre el dolor al que se enfrentan las mujeres que abortan y se pregunta si quienes están en el poder se preocupan realmente por ellas o si nos están haciendo trampas.
Acude la izquierda al debate sobre la gestación subrogada. Un asunto en el que podría proponer juicios que contribuyeran a limitar, que es razonar, un dilema de la sociedad de hoy. Sin embargo, las únicas aportaciones que se oyen son de discrepancia, sin mayor propuesta o motivo.
Dice Enrique García-Máiquez que siendo conservador uno acaba acostumbrándose a las derrotas. Le voy a dar una victoria. Un equipo de investigadores del Hospital de Niños de Filadelfia ha logrado que ocho corderos sobrevivan durante su último mes de gestación en un útero artificial similar a una bolsa de plástico con cierre de cremallera. El experimento abre la puerta al incremento de la esperanza de supervivencia de bebés muy prematuros, unos treinta mil cada año sólo en los EEUU.
El hombre civilizado (desde el núcleo familiar al mayor imperio) construyo y defendió con la misma «mano de simio» bajo múltiples banderas y credos, sistemas de convivencia buscando el soñado paraíso.
Las mujeres exhiben pancartas donde se lee: «Mi vestido, mi elección». Muy bien. Es de una lógica impecable. Sin embargo, no he podido evitar la comparación con el drama del aborto. En este caso, y siguiendo el mismo hilo argumental, la cosa sería: «Mi hijo, mi elección».
Se trata de que el nuevo ministro de salud argentino, Daniel Gollán, todavía no ha calentado la poltrona y ya está diciendo que va a matar niños antes de que nazcan.
Dos criaturitas se manifiestan contra el aborto contribuyendo con sus candelas a formar lo que parece una figura. ¿Será un corazoncito? ¿Un querubín? ¿Jesús? ¿Un feto pringoso?