“¡Cierre al salir!” y ahora explique en Bruselas que ese es el tono que tenemos en la comisión que va a reconstruir el país
«Homs, se congratulaba y afirmaba que la sentencia del Tribunal Supremo estaba en consonancia «con el sentimiento mayoritario del pueblo de Cataluña”. Cosas veredes, amigo lector»
«El nacionalismo es un ascensor de la mediocridad. Nada bueno cabe esperar de la cultura del resentimiento»
El espacio propagandístico FAQS de TV3 recuperó este sábado a Artur Mas, aquel hombre que, en un principio, debía ser un presidente de paso antes de que Oriol Pujol perpetuara la dinastía en el gobierno de la Generalitat, pero, como es bien sabido, las cosas se torcieron y los planes se fueron al garete.
En España no hay septiembre sin cuesta, ni paisano que no se desayune los augurios informativos del nuevo curso. Augurios que lo mismo vaticinan una moratoria de la canícula veraniega que alertan de la llegada de un otoño caliente en Cataluña.
En Cataluña estamos asistiendo a una lucha por la hegemonía nacionalista entre el partido sucesor de CDC y ERC. Esta lucha condiciona la política catalana como mínimo desde la reforma del Estatut, cuando competían con el PSC para ver quién era más nacionalista.
Ha dicho Artur Mas, en su despedida de la política activa, que el independentismo carece de mayoría suficiente para imponer nada. ¡Albricias! He aquí una verdad palmaria, incuestionable: hora era de que el nacionalismo la hiciera suya.
José Luis Roig comparte con The Objective tres cosas sobre el que es en su opinión «el político más desastroso de todos los tiempos»: Artur Más.
No se entenderá el fenómeno del separatismo, del “prusés” que tanto dinero y energía ha costado a España durante los últimos cinco años sin tener en cuenta un factor psicológico fundamental: el narcisismo herido del sr. Artur Mas…