Tras Oxfam le toca ahora a Médicos Sin Fronteras, que reconoce ahora que prefirió actuar ella misma antes que le sacaran el escándalo a la luz y que expulsó a una veintena de trabajadores en 2017 por varios casos de abuso sexual, seis de ellos en MSF España.
El 7 de junio de este año, en la madrileña Plaza del Sol, se realizó una jornada de “ayuda humanitaria” para recoger medicamentos para Venezuela, donde estuvo Lilian Tintori y algunos políticos españoles en campaña. Hoy Venezuela requiere de medicamentes sin duda alguna, ya que simplemente desaparecieron de los anaqueles de las farmacias, así que este llamado conmovió a Madrid, que se desbordó en solidaridad, llegando a acumular, algunos dicen que 7, otros que sólo 1 tonelada, pero seguro lo suficiente para expresar tan inmensa solidaridad ante un problema real: no hay divisas en Venezuela para comprar medicinas, pero si para montar una cumbre de los Países No Alineados o para seguir pagando la deuda externa a los tenedores de bonos.
Debe ser que cuando la desgracia afecta a solo unos pocos se le da una categoría de menor importancia. Y ya si son chinos qué te voy a contar. Total, que son trescientos y pico personas en un país de más de mil trescientos millones de habitantes.
Es pues bien ridículo comprobar cómo la ONU, que no es nada más allá de un envoltorio patético de ideología, se afana por introducirnos la papilla de la ayuda humanitaria en esta enconada cuestión de Siria.