«Lo que convierte a Jordan en un héroe de derechas es su individualismo frente a su colectivo de pertenencia. Y entiendese individualismo en su sentido político, del respeto al individuo y su derecho inalienable»
«No hay mayor contraste con las gallardas hazañas de nuestros deportistas que el inmovilismo político en el que está sumido este sufrido país. Ese contraste no ha pasado inadvertido para una enorme cantidad de ciudadanos»
Este cronista ha frecuentado muy poco, por no decir nada, a la actual generación de políticos que ocupan las portadas de los medios españoles en 2019. Pero el pluriempleo periodístico y la afición deportiva le llevó antaño a conocer a José Vicente Hernández, Pepu para todo el mundo, en los momentos que lo convirtieron en un personaje nacional tras llevar a un grupo de chavales a conquistar en 2006 el Mundial de baloncesto, proeza que no volverán probablemente a contemplar nuestros ojos ni los de nuestros hijos.
Hace poquitos meses que los futbolistas de La Roja salieron -no precisamente bailando samba- de un Mundial al que llegaron como favoritos. Tristemente, a pesar de los pronósticos, no pasamos de la primera ronda.
En dos semanas españolas, tristísimas para el equipo de casa que optaba a vencer a los americanos, Coach K ha dejado bien claro que el aplastante dominio estadounidense del baloncesto mundial vuelve a ser en 2014 como en 1992.
Hay mañanas en las que me siento a leer mi resumen de las noticias del día y literal me siento transportada en el tiempo. Como si viviera en otra época… Cuando las mujeres eramos reprimidas solo por ser mujeres.
Echo de menos los programas completos dedicados al baloncesto, las horas y horas de información sobre la competición en todos los canales, las banderas en los balcones, las caras pintadas y las pantallas gigantes.
El cuerpo me pide dejarme de milongas e imaginar/transmitir/defender que veo/he visto a España colgándose el oro. Que soñar es gratis caramba.