Con el inicio de la guerra civil en 1975, el museo, situado en la ‘Línea verde’, que dividía Beirut en dos, se vio obligado a cerrar. Años después, en 1991, el alto el fuego dejó al descubierto un museo inundado, con columnas agujereadas por la metralla y las paredes repletas de graffitis. Ya en 2012, la guerra civil siria también se extendió al vecino Líbano, convirtiendo al país en otro punto más del conflicto. Aunque el museo volvió a funcionar en 1999, no ha sido hasta ahora que se ha inaugurado la planta del subsuelo, con el arte funerario como protagonista, con una joya inigualable como es la tumba de Tiro. Se trata de una tumba romana, cuyo origen se remonta al siglo II d. C., que fue encontrada por azar en 1937 en la ciudad de Tiro, en el sur del Líbano. También se exponen 31 sarcófagos antropoides (los que representan en la tapa una figura humana) encontrados en la región de Saida y que se remontan al siglo VI a. C. En total, el visitante podrá disfrutar de 520 objetos expuestos en orden cronológico, desde la prehistoria y la edad de bronce, pasando por la época helénica y romana o el periodo otomano.