Smith y Woods perdieron la vida junto al entonces embajador de EEUU en Libia, Chris Stevens, y el también contratista de la CIA Glen Doherty en el ataque perpetrado por militantes islamistas el 11 de septiembre de 2012. El fundador de Freedom Watch, el abogado Larry Klayman, vinculó el uso de una cuenta privada de correo electrónico por parte de Clinton y sus supuestas comunicaciones con Stevens a través de ella con una filtración que habría conducido al ataque. Según Klayman, “adversarios hostiles” de Estados Unidos como Rusia, China, Corea del Norte o Irán “en alianza con grupos terroristas” habrían obtenido la información clasificada expuesta por Clinton.