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Biología

  • Los mamuts se organizaban en matriarcados

    Los mamuts, extinguidos hace unos 5.000 años, se organizaban en matriarcados, según ha desvelado un estudio publicado el miércoles en la revista Scientific Reports realizado por una docena de científicos de diferentes países. El reporte explica que las hembras permanecían en la manada hasta su muerte, mientras que los machos se movían en distintos grupos para procrear. Estas conclusiones se extraen del mayor estudio genético sobre mamuts hasta la fecha.

  • La competencia entre orcas madres e hijas explicaría su menopausia

    Cuando tienen la menopausia, las orcas desempeñan un papel esencial ayudando a las jóvenes familias a buscar comida y a sobrevivir en tiempos de vacas flacas. Según los investigadores, la razón por la cual cesan de reproducirse se explica por la competencia entre madres e hijas en la procreación. Los científicos explican que, cuando las orcas más viejas se reproducen, su prole a menudo no sobrevive.
    La tasa de mortalidad de los recién nacidos de las hembras mayores es 1,7 veces más elevada que la de las hembras que son dos generaciones más jóvenes. En estas circunstancias, más vale que las hembras de orcas mayores cesen de procrear para poder dedicar su energía a ayudar a los jóvenes miembros de la familia a sobrevivir.
    «Todo esto (…) puede explicar el papel de la menopausia en la evolución» de las orcas, apunta Daniel Franks, de la Universidad de York, en Reino Unido, uno de los autores del estudio. «Las hembras de numerosas especies tienen un papel de líder cuando envejecen pero siguen reproduciéndose. Nuestra nueva investigación saca a la luz un mecanismo que explica porqué dejan de procrear», añade Darren Croft, de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, director de esta investigación internacional. Las hembras orcas comienzan a reproducirse a partir de los 15 años y cesan cuando llegan a los 30 o a los 40, sobre una esperanza de vida en estado salvaje que puede alcanzar más de 90 años. Durante este periodo postmenopausia, asumen el rol de «abuela», protegiendo a las crías y compartiendo su experiencia sobre cuándo y dónde encontrar alimento, lo que incrementa las posibilidades de supervivencia del grupo.
    Estos mamíferos marinos se nutren de peces, sobre todo de salmones, y las crías dependen de sus madres para alimentarse durante varios años. La investigación es el resultados de 43 años de observaciones efectuadas por el Centro de Investigación canadiense.

  • Científicos convierten plantas de espinacas en detectores de explosivos

    El grupo de ingenieros del MIT, liderado por Michael Strano, ha convertido plantas de espinacas normales y corrientes en detectores de bombas. El funcionamiento se basa en la implantación de nanotubos de carbono en las hojas de plantas vivas para convertirlos en un sistema de monitoreo en tiempo real de moléculas explosivas. Cuando las plantas succionan el agua del suelo transportándola hasta las hojas, los nanotubos son capaces de detectar nitroaromáticos, los compuestos químicos que a menudo se encuentran en explosivos como las minas terrestres. De esta forma, si han recogido elementos que podrían indicar la presencia de explosivos, los nanotubos emiten una señal fluorescente que puede detectarse por una cámara de infrarrojos a un metro de distancia. Esta nueva tecnología aún no ha sido aplicada en ningún proyecto, pero bastaría sembrar plantas de espinacas en los lugares en los que se sospecha que haya minas terrestres para llevar la teoría a la práctica. Strano señala que «las plantas están idealmente adaptadas para vigilar el medioambiente ya que absorben mucha información de su alrededor y son muy buenas analizando químicos, pues sus raíces forman una extensa red en el suelo que muestrean el agua subterránea y la transporta a sus hojas».

  • Descubierto el secreto del animal que no siente dolor

    El ratopín rasurado puede llegar a vivir hasta 32 años, 10 veces más que un ratón común, y es el único mamífero que se organiza en colonias subterráneas como las hormigas. Según informa la revista Phys, esta nueva investigación apunta a que este animal ha evolucionado de tal forma que presenta una inmunidad al dolor única en el reino animal. El secreto reside en un receptor conocido como TrkA, que en su caso impide la activación de las neuronas sensoriales que envían señales de dolor al cerebro. Los investigadores han comparado la secuencia del gen TrkA del ratopín con el de otros 26 mamíferos y han demostrado que hay una diferencia de hasta tres unidades básicas de ADN. Es en esta diferencia donde radica su singular inmunidad al dolor del ratopín, y el motivo por el que no parece sufrir ante las quemaduras o inflamaciones.

  • El misterio sobre el tigre de Tasmania, una especie que sigue «apareciendo» después de su extinción

    La falta de calidad de las imágenes impide que el documento gráfico pueda llegar a convertirse en una evidencia sólida, pero ha despertado la esperanza entre quienes desean recuperarlo. El vídeo ha sido recibido con tanto entusiasmo como escepticismo. La BBC recoge la opinión del  investigador aficionado Neil Waters, quien afirma que efectivamente, el vídeo muestra un tigre de Tasmania vivo en Adelaide Hills, en el sur de Australia. Según su teoría, este marsupial carnívoro puede haber sobrevivido sin ser descubierto porque es un depredador migratorio que puede excavar madrigueras quedando escondido. En contraposición a la opinión de Waters, El Dr. Karl Kruszelnicki, un comentarista de ciencia de la Universidad de Sídney, asegura que lo más sorprendente de las imágenes era su pésima calidad, y no la prueba de la supervivencia de los tilacinos. Expresando la opinión de muchos otros colegas científicos, Kruszelnicki opina que mucha gente cree que que este animal sigue viviendo, a pesar de que no existan pruebas contundentes, porque algunas personas incomprendidas «se inventan cosas».

     

  • Descubren nuevas especies de jirafas en África que podrían contribuir a su conservación

    Hasta ahora los biólogos mostraban consenso al afirmar que había una sola especie con nueve subespecies. Sin embargo, los autores del estudio afirman que han descubierto claras diferencias genéticas entre las cuatro poblaciones de estos herbívoros de cuello largo. «Fue sorprendente descubrir que estas subespecies eran genéticamente diferentes, que no habían mezclado», declara Axel Janke, co-autor del estudio, en la revista National Geographic. ¿Cómo es posible que los biólogos no se hubieran dado cuenta de las diferencias de estas cuatro especies hasta ahora? Parte de la razón es que científicamente «la jirafa es una especie desatendida. Sólo se han escrito 400 trabajos científicos sobre las jirafas, frente a los 20.000 documentos sobre rinocerontes blancos (…) A pesar de su tamaño, la jirafa se ha pasado por alto por completo», comenta Janke, un biólogo evolutivo del Centro de Investigación de Biodiversidad y Clima de Senckenberg, Alemania. En los últimos 15 años la población mundial de jirafas ha caído en picado desde los 140.000 a alrededor de 90.000, lo que algunos científicos han calificado como una «extinción silenciosa».

  • Descubren una nueva especie de flor venenosa de hace más de 15 millones de años

    El profesor George Poinar, de la universidad de Oregon, recogió en 1986 durante un trabajo de campo unos 500 fósiles en una mina de ámbar en República Dominicana. La mayoría eran insectos, menos dos flores fosilizadas. 30 años después las plantas fueron analizadas por la profesora Lena Struwer. La sorpresa fue mayúscula cuando el análisis concluyó que las flores no pertenecían a ninguna de las 200 especies de la familia Strychnos, altamente venenosas, sino que se trataba de una nueve especie de planta que florecía hace más de 15 millones de años. Le han bautizado como Strychnos electri.

  • Los pulpos son más sociales de lo que pensamos

    El estudio publicado en la revista científica Current Biology demuestra que un grupo de pulpos comunes en Sidney, la especie Octopus tetricus, había creado una suerte de guarida en las profundas aguas de Jervis Bay (Australia). El estudio también apunta que estos invertebrados utilizan señales de colores para comunicarse. Este estudio coincide con otro realizado en 1991 por el biólogo panameño Aradio Rodaniche que observó que el pulpo rayado del Pacífico vivía en comunidad, mientras que la mayoría de las especies de pulpo se juntan únicamente para reproducirse.

     

  • Diversidad en peligro

    El hombre está haciendo un uso desmedido de este capital natural, que unido a la sobreexplotación de los recursos energéticos no renovables y a la contaminación, está llevando a la pérdida de especies y a un cambio climático que están poniendo en riesgo la diversidad, el bienestar y la vida del propio ser humano.

  • Umbral de la vida

    Hay virus en todos los ecosistemas y todos los organismos son susceptibles de verse asaltados por alguno de ellos. Nosotros, desgraciadamente, a este otro lado del muro, donde estamos los vivos, no íbamos a ser menos.