Taxistas de toda España se concentrarán este miércoles en Madrid para protestar contra la competencia desleal que, bajo su criterio, representan las plataformas de vehículos con conductor como Uber y Cabify. También por esta razón, se ha convocado una huelga de 24 horas en Barcelona el mismo día.
Sin ánimo de redactar un estudio de mercado o un folleto turístico, es patente que la exclusividad de la que hasta hace muy poco ha gozado el gremio del taxi ha ido erosionando la calidad de su servicio.
La Guardia Civil está investigando el incendio provocado en la madrugada del martes de varios vehículos de Cabify, la empresa de alquiler de coches con chófer, en una finca a las afueras de Sevilla, según ha confirmado la empresa que ha denunciado que éste no es un caso aislado aunque sí el mas grave sufrido hasta el momento.
“Esto no puede seguir así”, ha dicho Florencio Almeida, portavoz de la asociación portuguesa de los taxis. “Esto” es que hay una tecnología que hace que su negocio sea obsoleto, como los conductores de rickshaw, esos carritos chinos de tracción humana, frente a la moto que circula por las calles de aquél país en ruidosas riadas.
Cerca de 6.000 profesionales del sector anunciaron su presencia en la denominada ‘marcha lenta’, que ha obligado a cortar las vías de acceso y el tráfico en el centro de la ciudad. Durante la jornada de protestas se han desatado duros enfrentamientos en las inmediaciones del aeropuerto entre manifestantes y agentes, a los que acusan de impedirles continuar el recorrido, que tenía previsto concluir en la sede del Parlamento luso, y de no hacer nada contra las «provocaciones» de Uber, cuyos vehículos continúan hoy transportando a sus clientes. El presidente de la Federación Portuguesa del Taxi, Carlos Ramos, ha declarado en tono beligerante que “los mayores ladrones que operan en el aeropuerto se han apuntado a trabajar ahora en Uber”.
La legalización de Uber y Cabify supone que, sin contar con los beneficios fiscales a los que tienen acceso los taxistas, podrán operar con permiso previo del regulador de transportes, además de que estarán obligados a tener sede o representante legal en Portugal y emitir factura electrónica
Entre 2.000 y 2.500 taxistas de toda España han ocupado el centro de la capital para manifestarse en contra de las compañías de vehículos de alquiler con conductor (VTC) . Los manifestantes consideran una desregulación del sector a manos de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC). «Es grave que un organismo público como la CNMC, que debería defender los intereses de los españoles, se convierta en verdugo de 100.000 familias que viven del sector del taxi». La marcha ha procedido sin incidentes importantes.