Las protestas comenzaron el martes después de que un agente de policía mató a Keith Lamont Scott, un hombre negro de 43 años que, según familiares, se encontraba esperando a su hijo mientras leía un libro. Por su parte, los agentes aseguran que Scott iba armado y que tuvieron que disparar en defensa propia. Su muerte siguió a la de otro hombre negro también a manos de la policía tan sólo unas horas después.
Tras dos días de disturbios, varias personas han resultado heridas, entre ellas 12 agentes. Uno de los manifestantes se encuentra en estado crítico después de haber recibido un impacto de bala. Las autoridades, que se vieron obligadas a usar gases lacrimógenos y pelotas de goma, aseguran que el manifestante fue alcanzado por disparos de un civil y no de un policía. Desde enero, se han contabilizado 171 muertes de personas negras a manos de las autoridades en Estados Unidos.