Es evidente que la violencia de género en este país campa a sus anchas. Lo cierto es que llevamos unos meses para olvidar. Mujeres degolladas, quemadas vivas, muertas a golpes… son el reflejo de una sociedad muy enferma.
Los niños de Córdoba, Marta del Castillo, la Niña Mariluz y otros tantos casos de nuestra historia criminal tienen como sucesor el asesinato de Laura del Hoyo y Marina Okarynska en Cuenca a manos presuntamente de Sergio Morate.