«Aunque inicialmente secundario en la creación de internet, cuyo día mundial se celebra este 17 de mayo, el correo electrónico abrió las puertas a una comunicación instantánea pero diferida, horizontal pero no intrusiva, que todavía no tiene rival»
Ivanka Trump, la hija y asesora del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, utilizó una cuenta personal de correo electrónico para discutir asuntos oficiales de la Casa Blanca, según informa el diario The Washington Post.
La mitad de la población mundial todavía no tiene acceso a Internet, y la red no es esa utopía de información libre que los pioneros digitales soñaron y quisieron construir, sino que vivimos en una burbuja en constante crecimiento que no fomenta precisamente el libre albedrío en la red. A pesar de no ser perfecto, Internet ha cambiado nuestros hábitos y nuestras vidas radicalmente.
La mitad de la población mundial todavía no tiene acceso a Internet, y la red no es esa utopía de información libre que los pioneros digitales soñaron y quisieron construir, sino que vivimos en una burbuja en constante crecimiento que no fomenta precisamente el libre albedrío en la red. A pesar de no ser perfecto, Internet ha cambiado nuestros hábitos y nuestras vidas radicalmente.
Sellos, sobres, papel y bolígrafo para escribir una carta. Tiempo invertido en adquirir estos materiales, tiempo invertido en dejar la carta en el buzón y tiempo perdido en esperar a que la carta llegue a su destino. El coste de enviar ahora una misiva parece un disparate teniendo en cuenta que hay distintos proveedores de correo electrónico que ofrecen este servicio de forma gratuita. Pero nada es realmente gratis. Un estudio de la Harvard Business Review ha estimado que, en la empresa del autor, enviar un email suponía un coste de 95 céntimos en fuerza laboral. Y hay empresas que llegado un momento, dejarán de dar sus servicios de forma gratuita si no obtienen beneficios por otra parte (Twitter sigue sin encontrar un modelo de negocio económicamente viable).