Para llegar al resto de Europa, la red utilizaba dobles fondos en vehículos, y para llegar a Libia transportaba la droga por mar. Los pasajeros de estos “coches mula” eran elegidos cuidadosamente para no llamar la atención, utilizando a menudo familias con niños pequeños. Además, contaban con empresas pantalla para poder documentar los barcos legalmente y no levantar sospechas.
Agentes de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y funcionarios de la Agencia Tributaria han trabajado de manera conjunta en esta operación que comenzó hace seis meses en Melilla. Debido a la envergadura de la operación y el ámbito de actuación, han contado también con la colaboración de los Servicios Marítimo y Aéreo de la Guardia Civil y de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria.