Nueva hipótesis sobre el origen de la ELA: la acumulación de ‘proteínas basura’
Investigadores del CNIO han dado un paso más para descifrar el inicio de la esclerosis lateral amiotrófica
Investigadores del CNIO han dado un paso más para descifrar el inicio de la esclerosis lateral amiotrófica
Lo que comemos, bebemos o cómo nos movemos pueden marcar la pauta de nuestro futuro cognitivo
Un nuevo medicamento que se encuentra en fase de desarrollo permite por primera vez la causa de la enfermedad degenerativa de Huntington, lo que supone un gran avance en la investigación sobre esta enfermedad, según ha informado la web especializada Pharmi Web.
La continua falta de sueño induce al cerebro a devorar de forma indiscriminada neuronas y conexiones sinápticas, que podrían impedir al desarrollo de enfermedades degenerativas, han concluido investigadores italianos en un estudio publicado por el diario científico The Journal of Neuroscience.
Un fármaco como este, eficaz contra la proteína beta-amiloide, podría ayudar a frenar el deterioro cognitivo de los enfermos de Alzheimer, pero este no era el objetivo del estudio. Sin embargo, una vez descubierto esto, la farmacéutica ha puesto en marcha un estudio de fase 3 que sí pretende evaluar las posibilidades que tiene el fármaco de frenar la progresión de la enfermedad, con la intención de poder comercializarlo. Si esto ocurre, sería la primera vez en una década que se aprueba un tratamiento contra el Alzheimer. Una parte del estudio se está realizando en 1.500 personas que han sido diagnosticadas de alzheimer pero aún no tienen síntomas. La otra parte, en 2.000 personas que ya tienen síntomas pero aún conservan un buen nivel de autonomía.
“Hoy en día hay opciones terapéuticas muy limitadas para las personas con Alzheimer, y las que existen solo aportan una mejora a corto plazo de los síntomas cognitivos”, ha explicado Matt Kennedy, director del estudio, que ha añadido que aún es muy pronto para predecir cuándo llegaría al mercado este medicamento.
La estructura, desarrollada por el equipo que dirige Elena García Armada consiste en unos largos soportes, llamados ortesis, que se ajustan y adaptan a las piernas y el tronco del niño. En las articulaciones, además, una serie de motores imitan el funcionamiento del músculo humano y aportan al niño la fuerza que le falta para poder mantenerse en pie y caminar.El dispositivo, de 12 kilos de peso y fabricado en aluminio y titanio, también cuenta con una serie de sensores y muelles que permiten que el paciente pueda caminar, en muchas ocasiones por primera vez. «Hemos tratado de imitar el comportamiento del músculo natural a través de un músculo artificial para que se adapte a las características de los niños», explicó García Armada, durante la presentación del estudio y sus resultados.
Inicia sesión en The Objective
Crea tu cuenta en The Objective
Recupera tu contraseña
Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective