«Aunque Corea del Norte nos solicitara ayuda, creemos que no habría grandes posibilidades de aportar asistencia, considerando la situación actual», ha manifestado una representante del Ministerio de Unificación en Seúl. Entre las organizaciones que prestan ayuda a Corea del Norte no hay ninguna surcoreana, ya que Seúl impone férreas restricciones en los intercambios bilaterales por las tensas relaciones, y los recientes ensayos de misiles y nucleares norcoreanos. El desastre natural ha dejado tras su paso por Corea del Norte 133 muertos, 295 heridos, más de 100.000 desplazados, daños en 35.000 hogares, de los cuales 24.000 habrían quedado totalmente destruidos, y 140.000 personas necesitarían ayuda urgente. “Las inundaciones tuvieron tal fuerza que lo destruyeron todo a su paso (…) En algunos pueblos no ha quedado prácticamente ningún edificio indemne”, aseguró el jefe de la delegación de la Cruz Roja, Chris Staines.
El enorme desastre que enfrenta el régimen norcoreano le ha llevado a pedir ayuda a la comunidad internacional que desafía día sí y día también con sus pruebas nucleares. Las pocas organizaciones que trabajan en el hermético país (la ONU, UNICEF y varias europeas) reconocen la dificultad de recabar fondos para un país que acumula numerosas sanciones por sus ensayos nucleares.