Los regalos
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Vladimir Putin se ha unido a millones de creyentes ortodoxos al sumergirse con el torso desnudo en agua helada
Vladimir Putin se ha unido a millones de creyentes ortodoxos al sumergirse con el torso desnudo en agua helada
Vladimir Putin se ha unido a millones de creyentes ortodoxos al sumergirse con el torso desnudo en agua helada en una tradición rusa con motivo de la festividad del Bautismo de Cristo celebrada cada 19 de enero.
«Lo hago todos los años, desde la época soviética», explicó a la agencia AFP el cineasta Alexei Winns, congelado pero sonriente. «Para mí es una vieja tradición». Según la religión ortodoxa, hay que sumergirse tres veces en el agua, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en recuerdo del bautismo de Jesús en el río Jordán. «Si tienes la moral baja o estás enfermo, puedes simplemente lavarte la cara con este agua o beberla, y de repente, te sientes mejor», asegura Irina, una funcionaria.
En Moscú, se esperaban más de 140.000 personas en los lugares especialmente previstos para este ritual, que tiene lugar cada año el 19 de enero, a partir de la medianoche y durante todo el día, informó el Ayuntamiento de la capital en un comunicado. Las autoridades daban también consejos para evitar accidentes o situaciones fatales. «Comprueben que la escalera es estable, no se tiren de cabeza» o «No permanezcan más de un minuto en el agua para evitar el riesgo de hipotermia», al tiempo que prohibían el acceso a los puntos de baño a las personas en estado de ebriedad.
El procedimiento habitual es descender por una escalera de madera y sumergirse tres veces en el agua helada santiguándose también tres veces. Para calentarse tras las zambullidas, en San Petersburgo, en la orilla del río Neva, se pondrán carpas en cuyo interior se siente confort cuando afuera la temperatura es de 50º bajo cero. Además, también se desplegarán cocinas militares en las que se servirá té y buzos velarán por la seguridad de los bañistas.
En un día de Reyes sin carbón y sin corbatas, he echado la vista atrás a otra Epifanía de hace medio siglo, en una Nueva York aún transida por el magnicidio de unas semanas antes, con la situación cada vez más caótica en Vietnam…
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