El partido de semifinales, que ha durado cuatro horas y 56 minutos, ha estado lleno de largos puntos, entre Nadal, que ha recuperado su nivel después de una temporada pasada lastrada por una lesión de muñeca, y el búlgaro de 25 años, considerado como uno de los jóvenes valores del tenis mundial y uno de los mayores talentos de la nueva generación. Nadal se impuso cómodamente en el primer set en poco más de media hora de juego, tras romper el servicio del búlgaro en el cuarto juego y conservar su saque con mucha autoridad. Dimitrov reaccionó y mejoró su nivel para llevarse la segunda manga e igualar el partido hasta el punto de forzar un quinto set, después de que ambos jugadores se repartiesen un set cada uno en el ‘tie break’.
En el quinto y definitivo set, los dos jugadores conservaron sus servicios hasta que el español rompió el de su rival en el noveno juego y cerró el partido en el siguiente con su saque para medirse a su eterno rival Federer. «Creo que ninguno de los dos pensamos que íbamos a encontrarnos de nuevo en la final del Abierto de Australia», dijo Nadal. «Pero aún seguimos aquí, luchando, eso es lo importante y lo que lo hace especial. Ahora tengo que recuperarme y descansar bien», añadió el español. Será la primera final entre dos viejos conocidos desde la de Roland Garros en 2011. Nadal llega con una ventaja sobre Federer por 6-2 en las ocho finales disputadas hasta por ambos en torneos de Grand Slam.
El suizo derrotó el jueves en la primera semifinal a su compatriota Stan Wawrinka también en cinco sets, por 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3, clasificándose para su primera final en un Grand Slam desde el Abierto de Estados Unidos de 2015. A sus 35 años, Federer se perdió gran parte de la pasada temporada por una lesión de espalda y después de rodilla. Nadal, por su parte, no juega una final de Grand Slam desde su noveno título de Roland Garros en 2014.