«Los socialistas pasan página con cero autocrítica tras una semana decepcionante para la izquierda, haciendo públicas unas negociaciones que conllevan más tiempo del empleado donde ha primado el espectáculo al sentido de Estado»
La literatura y la fantasía están separadas de una forma muy sutil. En estos tiempos, la política y la fantasía también. Pedro Sánchez tiene excusas para incumplir lo que prometió antes de llegar al poder: convocar elecciones. La política es cambiante porque la realidad lo es. Sin embargo, el doble juego y vivir en una realidad paralela podrían costarle mucho a España y al PSOE.
Pedro es los sueños de los militantes que por fin tocaron pelo. Es el sueño de una poetisa desencantada de Podemos que se huele el tufillo a Stalin. Pedro pudo ser camisa blanca, pero lleva una chaqueta viajera, como el baúl de la Piquer: con los olores de cada nación de su «nación de naciones» impregnado en el sobaquillo macho. El jueves, los suyos, Lastra y esos podemitas sin cocer que le hacen las inmaculadas fontanerías, revelaron lo que van a presentar al 39 Congreso Federal: una torrija constitucional como un demonio.
Queda menos de una semana de entrenamiento para los dos candidatos .Toca afilar espuelas, ajustar riendas y sacar lustre a las botas. El mejor, heredará un rancho en horas bajas que pide a gritos un nuevo rumbo.