«A ver, hijo: ¿cómo inicias un primer contacto de cara a una posible relación de comunicación, placer y cuidado mutuo?»
«Lo de menos era el formato artístico escogido; lo importante era hacer ruido y alcanzar el estrellato, al menos durante los 5 minutos warholianos de rigor»
La culpa la tiene ese aire de fin de fiesta, esa premonición de que están a punto de encender las luces. No es algo que ocurra solo en discotecas o en verbenas de pueblo. También cada etapa de la vida tiene sus propias prisas, y esos minutos basura en los que siempre, al menos para mí, ocurre lo mejor.
Lo más difícil de la navidad fuera de casa es el desayuno. Más que todo por la hora. Es costumbre en todos lados que el veinticinco, cuando no hay regalos, se desayunan las sobras, las cuales normalmente ni se guardan la noche anterior. Se dejan por ahí para antojar a sonámbulos y mal dormidos, los cuales van a ellas a veces con hambre y a veces con pena. Así sea en un hotel, o habiéndola pasado solo: El desayuno después de la navidad siempre es raro — justamente por su informalidad, su aire clandestino y su olorcito a resaca.
Enrique Krauze dice que la libertad es como el aire, solo la percibimos verdaderamente cuando falta. Se nos olvida que respiramos y se nos olvida que somos libres. Por eso, de vez en cuando, hay que realizar recordatorios. Uno de los más expresivos es el Orgullo Gay.
Hay gente a la que no le gusta festejar la Navidad, hay gente que aborrece la Semana Santa e incluso, por incomprensible que me pareciera de pequeño, hay gente que desprecia a los Reyes Magos. Por consiguiente, no parece extraordinario que haya también gente a la que displazca la fiesta del Orgullo LGBT.
“¡Quiero que me dejen en paz!” ha exclamado la jovencita mexicana Rubí Ibarra en medio de una densa multitud de desconocidos que, respondiendo a la invitación abierta del inconsciente de su padre mediante twitter se consideraron bienvenidos en la puesta de largo de Rubí y se presentaron en el rancho donde se celebraba. Eran miles y miles, una inundación humana. En verdad que la gente está anhelante de fiesta y se apunta a un bombardeo.
La Diada es una expresión depuradísima del espíritu español. Cuando estudiaba Ciencias Políticas, me explicaron que el tipo de movilización política más frecuente en España eran las grandes manifestaciones, esas que suelen culminar con un aperitivo. En los países vecinos, en cambio, son más habituales los mecanismos que exigen de una mayor implicación: asambleas, foros, debates… Vamos, ¡un coñazo racional frente a las emocionantes Diadas!
Según leemos, se ha producido un accidente con 65 muchachas muertas en Suazilandia, durante el Festival de la Danza de la Caña, durante el que miles de vírgenes bailan semidesnudas ante el Rey para que él escoja esposa.