«La genialidad del humorista consiste en que consigue desapegarse y desnudar al personaje, y en este momento rompe con la mecanicidad del pensamiento»
«Tenemos la TV y la vida llena de graciosetes que no hacen gracia, que se limitan a pegarle collejas al tonto del pueblo para darle gusto al señorito»
«Pablo Motos es uno de los conductores de televisión más odiados por esa izquierda posmoderna que, con el beneplácito de Chomsky, ahora también podemos llamar izquierda censora»
«Para entender el humor es necesaria una mínima dosis de ironía; esa misma de la que hasta un pueblo tradicionalmente irónico como el inglés escasea en los tiempos bobos del cólera»
«Una de las razones por las que, pese a su abultada mayoría, la izquierda hace un humor internáutico menos gracioso es que tal cosa no ocurre ‘pese a su mayoría’, sino debido a ella»
«Mundstock no era propiamente un actor, ni cantaba bien. Pero sus ademanes elegantes, nunca estridentes, eran muy efectivos al lado de unos Les Luthiers más histriónicos y humorísticos»
«Quienes insisten en hablar de «ofendiditos» suelen ampararse en la libertad de ofender, sin que en cambio tengan tan clara la libertad de cualquiera de sentirse ofendido»
Las “creencias de lujo” se las puede permitir Ana Botín pero también ese chaval que hizo periodismo y ahora se reparte las baldas de la nevera con otra gente. En un caso son bienes complementarios, en el otro sustitutivos.
Podría ser el argumento de una novela de Milan Kundera ambientada en una democracia posmoderna: un cómico interpreta un sketch en un programa satírico de televisión.