La Policía detuvo a 43 personas «por su eventual responsabilidad en incendios forestales» que afectan seis regiones del centro y sur de Chile, en la mayor catástrofe forestal de la historia de este país, ha informado la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.
La mayoría de los sospechosos fueron detenidos en las regiones de O’Higgins, Maule y Biobío, las más afectadas por el fuego, donde la Fiscalía local ya ha presentado acusaciones contra ellos. Las penas por este delito alcanzan los 20 años de cárcel. «Estamos seguros de que sí ha habido intencionalidad en algunos de los focos; vamos a seguir las responsabilidades hasta el final», afirmó Bachelet.
Aún se mantienen 124 incendios activos, de los cuales 58 aún siguen avanzando sin control, 55 fueron controlados y 11 extinguidos, según el último informe de la Corporación Nacional Forestal (Conaf). El fuego ha dejado más de 3.000 damnificados, unos 1.300 evacuados, decenas de pueblos arrasados y más de un millar de viviendas destruidas. El gobierno distribuye ayuda económica y material para los cerca de 3.000 damnificados, la mayoría de ellos agricultores y criadores de ganado que perdieron sus hogares, sus animales, y han visto sus tierras totalmente calcinadas por las llamas.
Asimismo se han movilizado empresas privadas y personas de otras regiones de Chile para acudir en ayuda de los afectados. «Mi mensaje es uno solo: no vamos a bajar los brazos ante esta tragedia», afirmó Bachelet.