Maricones de Dios
«La izquierda española, de la mano del progresismo mediático, está enganchada a la idea de que este Papa es ‘progre’, ¿en qué es progresista Bergoglio?»
«La izquierda española, de la mano del progresismo mediático, está enganchada a la idea de que este Papa es ‘progre’, ¿en qué es progresista Bergoglio?»
Al ser elegido papa, Jorge Mario Bergoglio escogió el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, el santo italiano de los siglos XII y XIII caracterizado por su desapego de lo terrenal. El Pontifex Maximus, sin embargo, se ha destacado mucho menos como figura espiritual que como actor político dispuesto a colocar la Santa Sede entre los poderes rectores de la geopolítica mundial, una acción eminentemente terrenal. En lugar de puente espiritual de comunicación con la divinidad, el papa ha fungido como puente de diálogo entre las facciones que se disputan el poder en diversos lugares del mundo. Pero a pesar de sus recurrentes llamados “a la apertura y el diálogo sincero con los demás, a reconocer los derechos y las libertades fundamentales”, sus diálogos han mostrado un particular sesgo.
En la entrevista publicada el pasado domingo 22 de enero, el Papa Francisco dijo: “Y, evidentemente, hoy día Latinoamérica está sufriendo un fuerte embate del liberalismo económico, de ese que yo condeno en Evangelii gaudium cuando digo que esta economía mata. Mata de hambre, mata de falta de cultura.” Nada menos evidente y más lejos de la verdad.
El Papa emérito recuerda que su antecesor Juan Pablo II había organizado de tal manera estas jornadas de la juventud que «la presencia física de un Papa era indispensable. No se podía pensar en una conexión televisiva o en otras formas respaldadas por la tecnología». Benedicto XVI estaba seguro, dice en otro momento de la entrevista, de que su sucesor » iba a llevar igualmente a buen término mi iniciativa».
Reconoce que experimentó «los límites de la resistencia física» durante el viaje a México y Cuba. «Sobre todo, me di cuenta de que no podía afrontar en el futuro los vuelos transoceánicos por el problema del huso horario», ha afirmado. «Naturalmente hablé de estos problemas también con mi médico, el doctor Patrizio Polisca» porque «se hacía claro de este modo que no estaba capacitado para participar en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro en el verano».
La renuncia de Benedicto XVI al pontificado se hizo pública el 11 de ferbrero de 2013 por él mismo, en un hecho insólito. Se puso entonces en marcha el proceso para elegir a un nuevo Papa, elección que se produjo el 13 de marzo en la persona del argentino Jorge Mario Bergoglio, que adoptó el nombre de Francisco.
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