Josep Pla

La ruta Pla

La ruta Pla

Tengo por costumbre matar a todos mis ídolos cada 31 de diciembre, y luego voy renovando la fascinación por ellos, si se lo merecen, poco a poco. Para volver a admirar a Josep Pla me marché a Palafrugell recién comenzado el año, a hacer la ruta del escritor, con la idea de conocer la Costa Brava con el autor catalán como anfitrión. En el primer día de la escapada M. y yo caímos en la plaza Nova para comer en el Centro Fraternal, mientras los abuelos echaban la partida. Allí Pla se estrenó en el arte de la tertulia. “Al atardecer voy al café del Centro Fraternal. Encuentro a casi todos mis amigos —escribió—. Larga conversación sobre mujeres. La conversación de siempre”.

Pla para desintoxicar

Pla para desintoxicar

Para desintoxicarme de los nacionalistas catalanes leo a dos catalanes no nacionalistas, trenzados en un libro: el ‘Josep Pla’ de Arcadi Espada (ed. Omega). El libro era inencontrable, pero lo encontró Manuel Arias Maldonado en Palma de Mallorca. Lo trajo a Málaga, me lo prestó, yo me lo llevé a Madrid y de allí a Barcelona para la manifestación del 8 de octubre.

El verdadero origen del Día del Libro

El verdadero origen del Día del Libro

La fiesta del Día del Libro no se celebra solo en España, sino en todo el mundo. Pero fue aquí donde nació la tradición, y este es un dato desconocido. La iniciativa de crear una jornada para conmemorar la vida del libro, así, como un objeto de reverencia, surgió de un escritor valenciano llamado Vicent Clavel, quien trasladó su propuesta a la Cambra del Llibre de Barcelona, donde residía, con la esperanza puesta en que respaldarán su plan.

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