En el campo vivían unos 1.300 niños no acompañados, unos 500 ya han sido enviados a Gran Bretaña, mientras que cerca de 1.000 han sido albergados en un centro provisional de Calais a la espera de que se decida si tienen derecho a ser trasladados a Reino Unido por contar con familiares allí o pasan a estar al cuidado de organizaciones no gubernamentales que trabajan en Francia. Por otro lado, 40 policías se personarán mañana martes en ‘La Jungla’ para comenzar a destruir el campamento. A lo largo de la semana, otros 3.000 agentes adicionales comenzarán con el proceso de limpiarlo para evitar la creación de nuevos campos más pequeños.
El ministro del Interior francés, Bernand Cazeneuve, ha informado que este «desbloqueo» ha sido la consecuencia de los continuos ataques que sufrían los camioneros de la zona que a menudo eran asaltados por refugiados en un intento de llegar a Gran Bretaña. Por su parte, el presidente François Hollande ha señalado que las condiciones de ‘La Jungla’ no eran aceptables, ya que, asegura, vivían en malas condiciones sanitarias, con escasez de alimentos y expuestos a la trata y explotación de mujeres y niños. En febrero y marzo, las autoridades ya demolieron una amplia zona del sur del campo con el objetivo de reducir radicalmente el número de inmigrantes. Sin embargo, posteriormente alcanzaba un máximo histórico de casi 10.000 personas.
Previo al desmantelamiento, la noche del domingo al lunes, medios locales informaban de varios enfrentamientos entre refugiados y antidisturbios. Sin embargo, posteriormente todo ha transcurrido de forma normal y sin altercados.