
República abierta, Parlament cerrado
No había mejor escenario que un teatro –el Teatro Nacional de Cataluña- para acoger el discurso lleno de mentiras del presidente de la Generalitat. A diferencia del teatro convencional, no obstante, su discurso no ha conseguido ni emocionar ni a los más convencidos ni aportar un atisbo de esperanza en esta enésima nueva hoja de ruta que indefectiblemente culmina con el muro del Estado.