
Estamos en casa
“Yo no quería hacer propaganda de Hitler, y si cuento esto sé que se la voy a hacer. Pero como quiero cumplir mis deberes de informador imparcial, no tengo más remedio que contarlo”. Así empezaba Chaves Nogales su crónica titulada “¿Por qué son nazis las mujeres?”. “Uno de los más fuertes apoyos de Hitler son las mujeres, a las que precisamente Hitler ha metido en la cocina de un manotazo. «Se acabaron los derechos políticos de las mujeres -dijo el Führer-; no tienen nada que hacer en política; el nacionalsocialismo donde necesita a las mujeres es en el fogón o criando a los hijos». Y apenas había dicho esto, las mujeres, en las primeras elecciones que hubo, se fueron como corderitas a votar a Hitler. Ellas han sido las que le han dado su gran triunfo electoral”. Y tras preguntarse el porqué de tan sumisa actitud, sigue explicando: “Es, sencillamente, que Hitler, al mandarlas al fogón, les ofrece eso, el fogón; nada menos que el fogón. Quizá a muchas de mis lectoras se les habrá olvidado la importancia que esto tiene. Pero piensen que todas las andanzas sociales y políticas de la mujer alemana tienen esta única y exclusiva causa: que no había fogones, que no había hogares, que no había casas, que no había hombres”.