El Reino Unido ha elevado este martes la alerta al nivel “crítico”, el máximo de cinco, y ha desplegado al Ejército para apoyar a la Policía ante la posibilidad de un “inminente” atentado como el perpetrado el pasado lunes en el Manchester Arena por un joven suicida que ha causado 22 muertos y 59 heridos.
Un hombre de 23 años ha sido detenido este martes en relación con el atentado cometido la pasada noche al finalizar un concierto en el Manchester Arena en el que murieron 22 personas y otras 59 resultaron heridas, ha informado la Policía en un nota a través de Twitter. La noticia se ha hecho pública poco después de que la primera ministra británica, Theresa May, compareciera ante los medios de comunicación para condenar la “brutal” acción cometida por “un solo terrorista” que “hizo estallar un artefacto casero cerca de una de las salidas del recinto, eligiendo deliberadamente el momento y el lugar para causar la mayor matanza”.
Dos explosiones se han registrado durante el concierto de la cantante estadounidense, Ariana Grande, en el Manchester Arena, en Inglaterra.
Apenas 20 minutos antes del encuentro, por la megafonía del estadio se informaba a los servicios de seguridad de que se había activado un “código rojo”. De esta forma, 20.000 espectadores tuvieron que salir del estadio ante la evidente amenaza de bomba. Era un artefacto “falso” -un móvil pegado a una tubería- que quedó abandonada tras un ejercicio de entrenamiento de perros adiestrados en la localización de explosivos. La Policía de Manchester ha ordenado una investigación tras el “fiasco”. El club devolverá el dinero de las entradas a todos los asistentes y permitirá entrar al partido del martes a aquellos que muestren la entrada del domingo. Este gesto costará al club unos 3,8 millones de euros.
