Rusia quiere al mismo tiempo ser y no ser parte de Europa. Esta contradicción refleja tanto los vaivenes del país en el cuarto de siglo transcurrido desde la caída de la Unión Soviética como los dilemas sobre su propia identidad colectiva (la idea rusa) y su lugar en el mundo.
Se trata de que la hija del torturado y la del torturador disputan la primera magistratura en un escenario en el que los golpistas todavía no han pedido perdón a sus víctimas