«La estrategia comunicativa de Pedro Sánchez pasa por el escamoteo del duelo y la presentación del discrepante como un traidor a la patria»
«Perdidos en nuestros miedos, lejos de la gloria, hay que pensar de nuevo a la luz de la semilla fértil, sin rechazar las llagas de la realidad. Entre olivos se construye un futuro distinto, confío que mejor»
«Sánchez se reúne con quien haga falta e incluso visita fábricas pese a estar rodeados de positivos, pero los periodistas no pueden preguntarle cuando se viste de Churchill»
«Lo que puede prometer este presidente son palabras y orden, amparado en la interpretación de un actor político de su talla»
«Es inevitable preguntarse si los vestigios de UPyD y Cs son los más indicados para abanderarlo»
«La Sesión de Control gravita sobre la negociación con los independentistas, alejada del Congreso y encajonada en La Moncloa»
«La rapidez de la reacción de Sánchez significa: todo lo dicho hasta ahora queda sometido a revisión»
Yo diría que ganó Iglesias si Iglesias hubiese formado parte del debate
Màxim Huerta acaba de contar en una entrevista que su nombre se lo puso, mucho años después de bautizado, algún clérigo de la cadena autonómica valenciana de televisión. Convirtieron al entonces joven Máximo Huerta, de Utiel, en Màxim “por hacer país”; un poco como en versión a lo Berlanga –o Vizcaíno Casas– de la escena en que el joven Vito Andolini recibe su nombre para la posteridad de un funcionario perezoso en la isla de Ellis.