'Oficio pasajero', la novela del joven Montano
La editorial Sr. Scott publica los diarios del escritor malagueño entre 1989 y 1999, una década de vida y literatura
La editorial Sr. Scott publica los diarios del escritor malagueño entre 1989 y 1999, una década de vida y literatura
«Se ha cargado a Ciudadanos, antes se cargó a UPyD. Se carga a los mejores»
Me sorprendió cuando un amigo me preguntó que cómo iba el Tour y yo no lo sabía. Me sorprendió porque yo estaba siguiéndolo y habían pasado ya varias etapas. ¿Qué veía yo entonces cuando las miraba?
«El mundo y la historia tienen la capacidad de triturar al individuo, pero este no ha de darles la victoria de antemano»
La retirada en Los Ángeles de la estatua de Cristóbal Colón me ha producido un desagrado no patriótico, ciertamente, sino filosófico, existencial. Una náusea. Ha sido otra manifestación de nihilismo, de individuos que no aprecian su existencia.
Hace dos semanas entré por primera vez en El Escorial y me fui corriendo a la Biblioteca a ver el retrato del Montano bueno, es decir, de Arias Montano, su creador. Un amigo me había avisado de su existencia, pero en la fotito que me mandó no vi el detalle significativo.
En ‘Un andar solitario entre la gente’, Antonio Muñoz Molina dedica una página muy bonita (la 55) a la edad de la amada. Una página celebratoria. Y es verdad.
África empieza en los Pirineos, pero en cuanto se sale de la “república catalana independiente” reaparece Europa.
El de ayer era un martes 13 con la mala suerte programada. Pese a su fama, en esa fecha no suele cumplirse la superstición. Pero si ponen una moción de censura, el martes 13 será aciago por necesidad. En nuestro parlamento de castelares (¡atención, ironía!) un debate extra, sacado de la manga y con la canícula, solo podía traducirse en una brasa decretada. Era un día echado por alto antes de que naciera.
Esto de que quieran ahora ‘animar’ la Cuesta de Moyano no me hace mucha gracia, la verdad. Las ciudades han de tener también un sitio para el desánimo, y en Madrid la Cuesta de Moyano cumplía estupendamente la función.
No sé si los nacionalistas catalanes son conscientes de cómo están arruinando la ‘marca’ Cataluña. Tampoco sé si les importa. Ellos van a lo suyo, en el sentido más cerril de la expresión: como buenos nacionalistas. (Y con un enemigo principal, que no son “los españoles”, sino los catalanes que no son nacionalistas).
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