Dictadores potenciales y tiranos consumados
Bolsonaro ha arrasado en Brasil, y ya solo queda esperar que contenga sus peores impulsos y la comodidad del poder le vuelva magnánimo. Tenemos el consuelo de que la alternativa (gobernada como España desde una cárcel) tampoco era garantía de nada. Y siempre podemos recordar que no sería la primera vez que un pésimo candidato es un buen presidente. (Pienso en el peruano Ollanta Humala, exmilitar y aspirante filochavista que decepcionó a sus entusiastas del Foro de Sao Paulo al continuar las políticas de liberalismo sensato que han permitido al país crecer sin interrupción desde que comenzara el milenio).