«Temo que medidas así, que en su benevolencia buscan curar las heridas que en el pasado produjo la incomprensión del hecho de ser diferente, solo consigan hacernos más conscientes de nuestras diferencias»
Julita Salmerón, niña de la Guerra Civil, yo para ti quiero no quiero el Goya, ¿entiendes?, quiero el puto Oscar en tu mano gruesa y blanda, quiero bustos con tu cara en mi ciudad. El domingo fui al cine a ver ‘Muchos hijos, un mono y un castillo’, el documental en el que tu hijo Gustavo te ha grabado durante 15 años, y me rompiste la cabeza. Quise aplaudirte al final, como los catetos cuando el avión aterriza. No sé cuánto tiempo hacía que no me desarmaba tanto un ser humano: el mercado está reventado, Julita, y de hombres ya ni te cuento. Tú reflotas como el ángel de la transgresión en medio de esta mediocridad. En las últimas semanas vi ‘El sacrificio de un ciervo sagrado’, vi ‘Taxi Driver’, ‘La soga’, ‘Primera plana’ y ‘Breve encuentro’, pero me quedo contigo, como cantan Los Chunguitos.
A Dorothy le dicen que si es buena chica y sigue el camino de baldosas amarillas, perseverando cabezota a pesar de las dificultades, llegará ante el gran mago de Oz, que les dará, a ella y a sus acompañantes, lo que más desean. Lo malo es que al llegar a la Ciudad Esmeralda, muchacha y acompañantes, se encuentran con lo que nos encontramos tantos actores, pintores o escritores: que el mago de Oz, como cualquier magia, tiene truco. Decepcionados, Dorothy y sus compañeros creen que todo ha sido en vano, pero enseguida comprenden que al perseguir un mágico espejismo de ilusión, atravesando mil vicisitudes, se han llenado los bolsillos de éxito.
El “caso Soria bis” ha sido la guinda de la indecencia, la cobardía y la irresponsabilidad de Rajoy. Al final, ya lo han visto, Rajoy le endilga la responsabilidad a Luis de Guindos, que la tiene sin duda, pero siempre por detrás del presidente en funciones. Guindos es ya un cadáver, y Rajoy un incompetente peligroso empeñado en mantenerse donde no debe estar. Con lo de Soria, además de cometer un error inaceptable, Rajoy volvió a mentirnos. Pero como si nada, se instala la cara de “yo no fui” y que vengan más. Total son ya muchos casos de mierda acumulada y quedan a beneficio de inventario. El a lo suyo, que nunca es lo nuestro.
El periodismo es un simulacro por el que individuos que lo ignoramos todo del Banco Mundial hablamos de la inconveniencia de que José Manuel Soria se siente en el consejo del Banco Mundial. Nos basta el eco luciferino del binomio ‘banco’ + ‘mundial’ (a buen seguro, hum, un cónclave para la perpetuación de las desigualdades) y la sospecha de que Soria no sólo es un ladrón, sino un ladrón de derechas. Así, a base de prejuicios y supercherías, se escribe la actualidad, o acaso se la somete.
Pero Sonia, esta niña de once años, es una privilegiada ya que no tiene ninguna discapacidad, porque si la tuviera, como la tienen uno de cada diez niños con SIDA en Zambia, tendría grandes dificultades para ser medicada.
El próximo 3 de marzo la Academia de Hollywood entrega sus premios, y toca oscarear, es decir, marear la perdiz sobre posibles ganadores y perdedores. Para mí, la gran película del 2013 ha sido Gravity, del mexicano Alfonso Cuarón.