El ministro principal de Escocia dimite tras la ruptura de la coalición de Gobierno
Humza Yousaf seguirá en su puesto hasta que se complete el proceso «para garantizar una transición ordenada»
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Australia es responsable de un 5% de las emisiones globales
La medida entrará en vigor en 2020, sin embargo, tendrá carácter retroactivo a julio de 2019
El parlamento de Nueva Zelanda ha aprobado esta semana un proyecto de ley que permite a las víctimas de violencia doméstica optar a un tipo especial de baja remunerada.
El recuento en Wisconsin, que amenaza con reavivar el debate acerca de la legitimidad de la victoria del republicano debido a que su rival demócrata Hillary Clinton obtuvo más votos a nivel nacional, llevó a Trump y a su entorno a salir a la palestra para devolver el golpe. En un mensaje en Twitter, Trump aseguró con cierto enfado que no sólo obtuvo la mayoría del Colegio Electoral, sino que también recibió más votos a nivel general. «Además de una victoria aplastante en el colegio electoral, gané el voto popular si se deducen los millones de personas que votaron de manera ilegal», acusó en un tuit. Pero no se quedó ahí. El domingo por la noche Trump usó de nuevo Twitter para afirmar que un fraude electoral había ocurrido en varios estados. «Serio fraude electoral en Virginia, New Hampshire y California – ¿por qué entonces los medios no están informado sobre esto? ¡Serio sesgo – gran problema!», escribió Trump. El republicano citó en otro tuit a Clinton para pedirle que respete el proceso electoral y calificó de «triste» el recuento de votos. «Es hora de que la gente acepte el resultado del 8 de noviembre y siga adelante», dijo. Por parte de su equipo, una consejera cercana de Trump insinuó que si el equipo de Clinton presionaba para hacer el recuento, Trump podría reconsiderar su promesa de no buscar su procesamiento por usar un servidor privado de correo cuando era secretaria de Estado.
Sólo entre Gary Johnson y Jill Stein reúnen el 4% de los votos, algo más de cinco millones de estadounidenses optaron por ellos a la hora de acudir a las urnas. El número de votantes que fueron a reparar a libertarios y verdes ha sido mayor que el margen que decantó la victoria de Trump en muchos estados clave. Si esos votos hubieran recaído en Hillary Clinton, hoy estaríamos hablando de victoria demócrata. No obstante, los analistas coinciden en que no necesariamente los votantes de Johnson y Stein habrían votado por Clinton si sólo hubieran tenido la posibilidad de elegir entre republicanos y demócratas. La ruptura del ‘bipartidismo de facto’ en Estados Unidos es más que improbable, pero la existencia de partidos y candidatos marginales aseguran siempre una opción alternativa al establishment político. En estas elecciones, las redes sociales han jugado un papel clave a la hora de dar a conocer a estos candidatos outsiders, que han reclamado su sitio en los grandes medios.
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