Un biosensor de grafeno permite la detección ultrasensible de la hepatitis C
Un equipo internacional liderado por españoles ha desarrollado una tecnología basada en transistores de grafeno que detecta las proteínas clave de este virus
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El motivo de esta inmunidad subyacente sería la mayor circulación en Asia Oriental de otras variedades de coronavirus
Una naturaleza sana nos protege de una manera muy amplia ante infecciones por patógenos
Esta decisión, que entrará en vigor el 10 de febrero, incluye la aplicación de medidas de protección a nivel nacional y la elaboración de un plan para hacer que crezca la población de estos insectos, a través de fondos federales para los estados que cuentan con colonias de estas abejas, cuyo nombre científico es Bombus affinis. La población de estas abejas -una de las cinco especies norteamericanas-, se ha reducido un 88% desde el año 2000, coincidiendo con una pérdida o degradación del 87% de su hábitat combinada con los efectos nocivos de los pesticidas y los patógenos.
En la actualidad, solo está presente en 13 estados y en la provincia canadiense de Ontario, mientras que a mediados y finales de la década de 1990 esta abeja se encontraba en 31 estados y varias provincias de Canadá. De hecho, Canadá ya incluyó la Bombus affinis en la lista de especies en peligro en 2012.
Es conocido que algunas infecciones son menos mortales en las mujeres, pero esto se debe normalmente a las diferencias en el sistema inmune. Sin embargo, las maneras específicas de propagar los virus con las que cuentan las mujeres pueden resultar en una evolución de los patógenos hacia una virulencia específica para cada sexo. El hecho de que las mujeres puedan transmitir los virus durante el embarazo, el parto, o dando el pecho hace que los patógenos se adapten y desarrollen así una virulencia menor en las mujeres.
La investigación recalca la necesidad de conocer las causas de estas diferencias en el comportamiento de los virus según el sexo: “a pesar de las crecientes evidencias que sugieren que las enfermedades infecciosas se comportan de manera diferente en cada sexo, los médicos tienden a dar el mismo tratamiento a hombres y mujeres. Una de las razones por las que no se ha implementado un tratamiento específico por sexo es que las causas de las diferencias en la virulencia no son bien entendidas”.
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