Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

El yoga, declarado Patrimonio de la Humanidad

El yoga, declarado Patrimonio de la Humanidad

La Unesco destaca en su reconocimiento que la práctica del yoga mejora «el bienestar mental, físico y espiritual de las personas» gracias a la «unificación de la mente, el cuerpo y el alma». Numerosos estudios han apuntado los beneficios físicos y mentales del yoga. Una investigación publicada en ‘Frontiers in Psychiatry’ determina que el yoga tiene efectos positivos sobre la depresión leve y los problemas de sueño, incluso en ausencia de medicación, así como la esquizofrenia y el TDAH en pacientes que siguen tratamiento farmacológico. Otro estudio recoge que el yoga influye en elementos clave del cuerpo humano que desempeñan un papel importante en la salud mental, de manera similar a los antidepresivos y la psicoterapia.

Además del yoga, en la víspera la Unesco declaró también Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad la rumba cubana, el merengue dominicano y las Fallas de Valencia.

Una fiesta declarada por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Una fiesta declarada por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

En sus orígenes se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexicano, cerca del inicio de agosto y los festejos eran presididos por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la ‘Dama de la Muerte’, actualmente relacionada con ‘la Catrina’ y esposa de Mictlantecuhtli, señor de la tierra de los muertos. Actualmente, esta fiesta coincide con celebraciones católicas del Día de Difuntos y de Todos los Santos. Comienza el 1 de noviembre con la llegada de los niños fallecidos y el segundo día con la llegada de los adultos. Es común en esta fecha acudir al panteón a visitar a los seres queridos fallecido, colocar una ofrenda en casa, con la comida preferida del difunto. Los mexicanos creen que los espíritus de las personas se unen con los vivos en esta fecha para después regresar al más allá. Ciudades como Oaxaca, Mixquic, Patzcuáro y otras regiones del país, son reconocidas por sus especiales ceremonias que se realizan en esta fecha y que se convierten en reclamo para los turistas.

La Semana Santa de Valladolid, candidata a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

La Semana Santa de Valladolid, candidata a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

En Valladolid, esta festividad arranca el Viernes de Dolores a orillas del Pisuerga y termina el Domingo de Resurrección. Cerca de 13.000 cofrades salen a las calles en sus procesiones, marcadas por la sobriedad castellana. Cada Viernes Santo se celebra la Procesión General, que empieza a las 7 de la tarde con más de treinta pasos. Su gastronomía acompaña: pinchos, lechazos y sus reputados vinos. Las primeras procesiones en las calles vallisoletanas se celebraron en el siglo XV.

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