El español Artur Segarra, condenado a muerte en Tailandia, pierde la última apelación
Segarra es el único condenado por el asesinato en 2016 de su compatriota David Bernat en Bangkok
Segarra es el único condenado por el asesinato en 2016 de su compatriota David Bernat en Bangkok
Aunque en España la pena de muerte fue abolida en 1978, varios españoles han sido condenados a la pena capital fuera de nuestras fronteras en las últimas décadas
Lo hace con el objetivo de «traer justicia a las víctimas de los crímenes más horribles»
Japón ha ejecutado este jueves a seis exmiembros de la secta Aum Shinrikyo (Verdad Suprema, en castellano), responsable del atentado con gas sarín en el metro de Tokio de 1995, según ha confirmado la ministra de Justicia japonesa, Yoko Kamikawa. Las ejecuciones de este jueves se han sumado a otras siete llevadas a cabo a principios de mes de julio, según la agencia AFP, entre ellas la del fundador de la secta y cerebro del atentado Shoko Asahara, cuyo nombre verdadero era Chizuo Matsumoto.
El estado de Texas ha ejecutado este martes a Christopher Young, condenado por homicidio, a pesar de la petición del hijo de su víctima de que le perdonasen la vida.
Un tribunal de apelación de Bangkok ha decidido mantener la pena capital para el español Artur Segarra, condenado a muerte por el asesinato en 2016 de su compatriota David Bernat, al encontrar «sin fundamento» el recurso presentado. El español ha señalado a Efe que acudirá al Tribunal Supremo, máxima instancia judicial de Tailandia y último recurso de apelación, en busca de la revocación de la sentencia. Tras la decisión de Tribunal Supremo la sentencia será irrevocable.
El número de ejecuciones contabilizadas por pena de muerte en 2017 ha sido de 993 en 23 países, según el informe anual de Amnistía Internacional (AI) publicado este jueves. Esto que supone un descenso del 4% con respecto a las cifras de 2016 y del 39% en comparación con el año 2015, cuando se contabilizaron 1.634 casos. De este modo se mantiene la tendencia descendiente que año tras año registra esta pena.
El Tribunal de Casación egipcio ha confirmado este lunes la condena a muerte contra diez personas involucradas en uno de los episodios más trágicos del fútbol internacional. En febrero de 2012, en el estadio de Port Said, murieron más de setenta personas y hubo cientos de heridos, tras los graves altercados sucedidos después del partido.
Seguidores del equipo local Al Masri invadieron el campo tras ganar 3-1 al Al Ahli, el equipo visitante y unos de los más importantes del país, que encajaba su primera derrota de la temporada en la ‘Premier League’ egipcia. Estos dos equipos son históricamente rivales en el país.
Un funcionario de seguridad citado por la cadena de televisión catarí Al Yazira afirmó que los aficionados persiguieron a los seguidores del equipo rival y los arrinconaron dentro y fuera del estadio, lanzando piedras y botellas contra ellos. Algunas de las zonas hacia las que les empujaron fueron incendiadas.
Las autoridades explicaron que la mayoría de los fallecidos perdieron la vida por fracturas en el rostro y por hemorragias internas, y también hubo un gran número de ingresados por caídas desde las gradas del estadio. En medios egipcios se habló también de muertes por asfixia o lesiones de la cabeza.
El veredicto del Tribunal de Casación que también ha ratificado la condena a diez hombres a quince años de cárcel; a catorce hombres a diez años y a otros quince hombres a cinco años. La sentencia es definitiva y no puede ser apelada. Entre los condenados a cinco años está el antiguo jefe de la policía de Port Said.
El primer presidente elegido democráticamente después de la revolución fue derrocado y detenido a mediados de 2013 por Abdel Fattah al-Sisi, general que se proclamó presidente aprovechándose de las manifestaciones populares contra el gobierno. La decisión del tribunal dada a conocer ahora significa que el ex mandatario no podrá ser ejecutado, aunque seguirá cumpliendo tres condenas de prisión.
Mursi cumple 20 años de cárcel sin posibilidad de disfrutar de libertad condicional por los fallecidos de las protestas en diciembre de 2012. Además, fue sentenciado a 40 años, acusado ser espía del gobierno de Qatar, y en tercer lugar, pesa sobre él una condena a cadena perpetua por espiar para el grupo palestino Hamas. Desde que llegó al poder Mursi, Sisi ha tratado de acabar con Hermandad Musulmana, partido al que acusa de formar parte de una red terrorista que supone una amenaza real para el mundo árabe y Occidente. Hermandad Musulmana, el movimiento político más antiguo de Egipto, dice que sus actividades son totalmente pacíficas y niega métodos violentos.
Esta decisión salida de las urnas este martes supone enmendar la votación de la cámara legislativa de Nebraska de mayo de 2015, por la que se prohibía la pena de muerte con 31 votos a favor y 15 en contra. Pese a que el Estado sólo tiene 10 presos en el corredor de la muerte, el asunto ha sido objeto de un intenso y acalorado debate a lo largo y ancho de Nebraska.
En Oklahoma, la mayoría del electorado ha votado a favor este martes de una medida para proteger la pena capital. Y en California, los votantes no sólo han rechazado una propuesta contra la pena de muerte, sino que han aprobado agilizar los procesos para las ejecuciones.
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