Pilar Cernuda

Seamos serios, que el asunto es serio

Seamos serios, que el asunto es serio

Mucha frivolidad se advierte estos días en los que nos jugamos algo tan serio como el futuro de nuestro país. Se advierte, en ciertos personajes de incomprensible relieve, absoluto esconocimiento de cómo funcionan las instituciones, cuales son las competencias de un gobierno o un parlamento autonómico, qué recoge la Constitución y cuáles son las atribuciones del Tribunal Constitucional, el Supremo, la Fiscalía General del Estado o la Abogacía General del Estado

8 de agosto: clave para Puigdemont

Fue hace un mes cuando un ministro dio el toque de alerta: “Atenta al 8 de agosto, es la fecha que más nos preocupa, aparte del 1 de octubre. Tememos que Puigdemont quiera hacer coincidir la consulta con unas elecciones autonómicas para tener así urnas, censo y colegios electorales abiertos. Si fuera así, el 8 de agosto es el día que tendría que hacerlo para cumplir los plazos que marca la ley. Apunta. 8 de agosto”.

Motivos para recelar

Motivos para recelar

Con cuarenta años de periodismo a la espalda, es lógico el escepticismo ante las casualidades, que las más de las veces son “causalidades”. Cualquier profesional con una mínima experiencia y cierto olfato, adivina a la primera qué es una exclusiva, un scoop que le habría gustado tener en su mano, y qué es una noticia que a alguien le conviene hacer pública por las razones que sean, con frecuencia como venganza por no haber logrado determinado objetivo.

Algo bueno hubo

Algo bueno hubo

Poco bueno salió de la sesión de investidura, sobran dedos de una mano para enumerarlo: fin del bloqueo, inicio de una legislatura necesariamente negociadora, y esa imagen de los diputados de Ciudadanos y del PP en pie apoyando con su aplauso a un Psoe herido por las incalificables palabras del diputado que más honor hace a su nombre, Rufián. Se pondrán en marcha iniciativas que tendrían que haberse tomado hace tiempo, pero queda en la boca el sabor amargo de que no se puede esperar mucho del nuevo parlamento. Y más después de escuchar las declaraciones de Sánchez a Évole, cargadas de rencor, y que no auguran nada bueno para el partido socialista.

El futuro del PSOE

El futuro del PSOE

Si la cara es el espejo del alma, la de Pedro Sánchez está sumida en la más absoluta desolación. Los días pasados era “desgarro” la palabra con la que la mayoría de los dirigentes socialistas definían su estado de ánimo mientras Sánchez parecía sacar fuerzas de su empecinamiento y su rostro no reflejaba dolor sino rabia, ganas de pelea. Como si no fuera consciente de que llevaba a su partido al desastre. Rostro que cambió poco después de las 8 de la tarde del sábado, cuando conoció el resultado de una votación que le señalaba directamente la puerta de salida de la secretaría general del PSOE.

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