
Besos, abrazos y desprecios
Para mí, que desde que le dio aquel beso a Sara Carbonero tras la consecución del Mundial en Sudáfrica, no ha habido ósculo más apasionado en la vida de Casillas que el que le estampó el sábado a Ramos. Un “cuatro en uno” que hubiera podido ser un “cero” como una catedral de no mediar ese gol de Sergio.