La belleza secreta tras el espectáculo
Esta imagen tomada pocos segundos después de un salto sincronizado captura la magia de los muchos momentos ignorados durante los Juegos. Una vez realizado el salto que les hizo ganar el oro, gracias a la absoluta sincronización desde el trampolín a la piscina, las deportistas olímpicas recuperan su libertad de movimiento rompiendo la encorsetada actitud que se esforzaban por demostrar pocos segundos antes. Las chinas Liu Huixia y Chen Ruolin se mueven en el agua como les pide el cuerpo, cada una a su manera, en contraste absoluto con la obligada imagen de armonía de todo salto sincronizado. La perspectiva que normalmente no vemos nos recuerda que ellas, el agua y la luz, cambian y se transforman, mostrando una cara oculta de los Juegos presente siempre que prestemos atención a perspectivas poco comunes.