socialdemocracia

Ni tú a tu Elvis ni yo a mi Springsteen

Ni tú a tu Elvis ni yo a mi Springsteen

Ahora que la explosión permitirá el desbloqueo, caro Bernal, ahora que nuestra socialdemocracia apenas es nada más que un recuerdo disolviéndose donde habite el olvido, tal vez haya llegado el momento de arreglar lo nuestro. Porque al fin, si hubiésemos seguido enrocado en un “no es no” cansino, nuestra discordia podría acabar pareciéndose a una latosa charla de cascarrabias y en el geriátrico, ya ves, estaremos de acuerdo que mejor será dedicarse a comentar, como hacíamos con los poemas en hispánicas, batas de enfermeras (cuenta botones, imagina elipsis, piensa en la vejez sin jubilación). Bernal, tío, de todo ya hace demasiado. Ni leen en filología, a Pla lo manosea cualquiera, lo del bienestar es pasado y el rocanrol sólo es un país para viejos. Viejos como tú y como yo. Aceptémoslo. No podemos volver a cantar otra jodida vieja canción. Ni tú a tu Elvis ni yo a mi Springsteen. Ni cuero, joder, ni desgastados jeans.

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