Un equipo científico internacional ha anunciado este jueves que ha detectado de nuevo las ondas gravitacionales, la tercera observación de estas vibraciones del universo que predijo la teoría de la relatividad general de Albert Einstein en 1915.
Ben Tippett, profesor de Matemáticas y Física en la Universidad de British Columbia, ha publicado un estudio en la revista especializada Classical and Quantum Gravity en el que afirma la viabilidad del viaje en el tiempo usando fórmulas matemáticas y físicas.
El fenómeno, la imagen distorsionada de una galaxia muy lejana, fue detectado de forma fortuita por la estudiante Margherita Bettinelli cuando inspeccionaba datos tomados por la Cámara de Energía Oscura del Telescopio Blanco del Observatorio de Cerro Tololo, situado en Chile. Según ha explicado el Instituto de Astrofísica en un comunicado, Bettinelli dio con ese anillo mientras analizaba la población estelar de la galaxia enana de Sculptor, a la que dedica su tesis doctoral. Un anillo de Einstein es una imagen de una galaxia muy lejana distorsionada por la deformación de los rayos de luz que ocasiona la presencia de una galaxia masiva que se encuentra entre la fuente y el observador, a la que se denomina «lente».
Y ahora resulta que la luz va más lenta, cuando era el dios nuestro, porque ya sólo adoramos lo que es rápido. Te pones a pensar en estas cosas y acabas reivindicando a Ned Ludd que empezó a destruir las máquinas para salvar al hombre de la dictadura del progreso.